Píntala de amarillo

 

Por: Antonio González Vázquez.

 

Si vieras que se ve bien bonita la casa. Ya hasta le dije a mi chamaca que le saque una foto con el celular. Nomás de verla tan bien pintadita hasta dan ganas de llorar, pero de felicidad. Por Dios, siento tanta dicha, hacía años y años que no podíamos pintar la casa, ya ve usted que todo está tan caro y nosotros sin dinero; así hasta dan ganas de salir todos los días a las cinco de la mañana a regar la banqueta y a barrer para que la casa se vea re chula. Yo le digo con el corazón que Dios le de más al señor presidente municipal porque nos pintó de amarillo nuestra humilde casa. Mire nomás, la fachada hasta quedó bien lisita y con el sol hasta puede brillar de tan amarilla que está. ¿Qué si me gustó?, pues claro, no le digo que mi casa está bien bonita, ya hasta espero que lleguen los días de la fiesta patronal para sacar las macetas con sus malvas, begonias y helechos, así con ese amarillo las flores van a lucir más cuando pase por la calle El Santísimo. ¿Qué si me gusta el amarillo?, pues hasta sobra decirlo, dicen que es el color de la felicidad, es el color de la alegría y del optimismo. No, si el señor alcalde en todo piensa. Yo les dije que me pintaran de blanco los marcos de la ventana y de la puerta y hasta las tapias también, para que resalte. ¿A poco no se ve bien bonita mi casa?, yo creo que si y por eso cuando sean las elecciones yo voy a votar por los de amarillo, esos si son bien cumplidores, mire nomás, hasta parecemos una familia aquí en la avenida, todos de amarillo, claro, menos algunos cuantos aguados que han de ser priístas porque se negaron a recibir el beneficio de la pintada, pero bien visto, eso no importa, mi casa está bien bonita y si me apuran, le vamos a pedir al alcalde pues que también nos pinten la cocina, la recámara y el patio para que todo se vea tan gallardamente alegre y festivo. Aquí en la de Hidalgo, los soledenses estamos bien contentos porque estamos todos pintados de amarillo. ¿Qué si es amarillo pollo?, la verdad no sé pero a poco no se ve bien bonito, ya le voy a mandar un agradecimiento por el feis a don Ricardo porque sin él, en Soledad no seríamos nada, sería el Soledad de los Ranchos que ya pasó a la historia; ahora somos una ciudad o como decirlo, una metrópoli con Gallardía. ¿Qué porque le voy a agradecer a don Ricardo y no a don Gilberto?, ah, pues es si no fuera por don Ricardo, don Gilberto no sería el presidente y no existirían programas tan nobles y democráticamente aleccionadores como el de pinta tu casa de amarillo.

 

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