Rosa Isela Rodríguez, ¿candidata a gobernadora o a presidenta de la República?

Alejandro Rubín de Celis

La respuesta a la pregunta es clara: tiene conocimiento y experiencia suficientes para aspirar a cualquiera de los dos cargos con posibilidades reales de triunfo (obviamente su deseo será, o ya es, primordialmente por la primera magistratura del país), lo que dependerá de distintos factores en juego, que se irán configurando en los meses y años por venir.  

Rosa Isela Rodríguez Velázquez es originaria del municipio de Xilitla, San Luis Potosí. Estudió en la afamada Escuela de Periodismo, Carlos Septién García. Trabajó para los diarios La Jornada, el Universal y La Afición. Tiene una amplia carrera en el sector público. Destacan los puestos que ha ocupado como directora general de Participación Ciudadana y de Concertación Política y Atención Social y Ciudadana durante la jefatura de gobierno de AMLO en el entonces Distrito Federal, secretaria de gobierno de la Ciudad de México en la gestión de Claudia Sheinbaum, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana en el mandato presidencial de AMLO, y desde hace casi un año se desempeña como secretaria de Gobernación.

Es bien sabido que es de todas las confianzas de Sheinbaum Pardo, quien le guarda un especial afecto, muestra de ello es el abrazo que le dio hace unos días en el acto celebrado en el Centro de Negocios Potosí, hecho que, además, tiene una lectura más profunda. De las cinco giras de trabajo que la presidenta de la República ha realizado a San Luis Potosí (Villa Hidalgo, Villa de Reyes, Rioverde, Villa de Zaragoza y la  capital de estado), sólo en Villa Hidalgo no la acompañó Rosa Isela Rodríguez. Ese acompañamiento en cuatro municipios no es fortuito, tiene un significado político: la tiene considerada como posible candidata a la gubernatura y por eso la muestra a su lado cada vez que puede. Como refuerzo a esa condición de candidateable, la arenga de ¡gobernadora, gobernadora, gobernadora…! de las huestes morenistas hacia la jefa del gabinete federal, ha sido claramente escuchada en algunos de esos eventos por la mandataria del país.    

Pero en la competencia por la gubernatura en el 2027, la eventual candidatura de Rosa Isela Rodríguez dependerá de si Morena va en coalición con el Verde y PT y en qué términos, o si va solo o en alianza con otro u otros partidos. Sheinbaum no arriesgaría a una de sus cartas más fuertes en el ámbito nacional a que perdiera la elección local, y menos con una candidata o candidato emanado de la gallardía y su líder, que tanto daño le han hecho a Morena y a la propia presidenta.   

La obstinación de Ricardo Gallardo Cardona por dejar en su lugar a su esposa, Ruth González Silva, o en su caso a su padre, Ricardo Gallardo Juárez, en un claro intento de  nepotismo en un mismo cargo, lo que hoy está prohibido por los estatutos de Morena y severamente cuestionado por la presidenta Sheinbaum, es la manzana de la discordia para alcanzar o no la referida alianza. Pero la decisión no la tomará el gobernador potosino, sino las dirigencias nacionales del Partido Verde y de Morena, y para ello ya se desarrollan sigilosas negociaciones. Del resultado de esos acuerdos dependerá, en buena medida, la participación de la funcionaria federal como candidata a la gubernatura.

Otro factor importante a considerar es la anunciada reforma electoral, que es parte de las negociaciones de marras y que podría aprobarse en el presente periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión, que concluye en diciembre próximo. Un amplio sector de Morena, incluidos diputados y senadores de ese partido, se pronuncia por desaparecer las candidaturas plurinominales. Aprobar esa reforma sería la muerte anunciada del Verde, que históricamente ha sobrevivido a base de alianzas con otros partidos que le han permitido ocupar cargos de representación proporcional e incrementar su presencia en el Congreso de la Unión y en legislaturas locales. Sin embargo, es muy probable que la presión de los tucanes obligue a los guindas a encontrar juntos una fórmula que permita la sobrevivencia del Verde y alcanzar un acuerdo favorable para ambos.

El cálido y simbólico abrazo.
(Foto: Omar Gallegos Moreno, publicada con su autorización).

Dadas sus conocidas ambiciones de poder y dinero, los líderes del Verde (principalmente el senador Manuel Velazco y Jorge Emilio González, el niño verde) están dispuestos a sacrificar los intereses de Gallardo y de ellos mimos en el estado y permitir que Morena encabece la coalición en San Luis Potosí, a cambio de que un candidato o candidata de su partido lo haga en Guerrero, Zacatecas o Nayarit. Si su partido actual lo abandona, Gallardo Cardona tendría que apostar a su suerte (con una importante estructura social, sí, pero  construida a base de engaños, dádivas y manipulación que no siempre funciona en el mediano y largo plazo) para candidatear a su esposa o a su padre con otro partido o coalición: ¿El PT? Lo tiene bajo su control en el ámbito estatal, pero igual que Morena y el Verde, decidirá su dirigencia nacional y puede optar por quedarse en la coalición Sigamos Haciendo Historia, más allá de que su presencia es mínima en la entidad. ¿Movimiento Ciudadano (MC)?, ¿PRI?, ¿PAN?, ¿en alianza con dos de ellos?, ¿o juntos al unísono en un ¡todos contra la 4T! en San Luis Potosí? Porque, está claro, Gallardo es un ferviente enemigo de ese movimiento.

Si las cúpulas de los partidos Morena y Verde llegan finalmente a un acuerdo (independientemente de lo que decida el PT) para que el primero encabece la coalición en San Luis Potosí y el segundo uno de los otros estados de su interés, Rosa Isela Rodríguez sería una fuerte candidata de esa alianza, y más si negocian con PRI o MC para fortalecerla, si es que alguno de estos dos últimos partidos se “convence” (y consigue privilegios políticos futuros) de que se debe derrotar al gallardismo por el daño que ha hecho a San Luis Potosí.      

Hay otro factor relevante, se llama Enrique Galindo Ceballos, que todavía no se sabe si se va con melón o con sandía, pues aunque ya se declaró listo para ser candidato del PAN (y todavía está por definirse si se queda o no en el PRI, que también lo podría postular), no perdió oportunidad para salir en la foto con Claudia Sheinbaum y líderes de Morena en el estado en la más reciente visita presidencial, quizá por aquello de que Morena y la presidenta no quieran arriesgar a Rosa Isela, o a su hermana Rita Ozalia para la gubernatura, y Galindo entre al quite ofreciendo la fuerza política que tiene en la capital, aunque en buena medida la haya obtenido gracias al PAN. De hecho, fuentes oficiales de Morena reconocen que ya ha habido acercamientos con el alcalde desde hace meses.

Pueden ser varias las combinaciones de las alianzas: PRI-PAN-MC, MORENA-MC-PRI, MC-PT-PRI (con la o el candidato de Gallardo a la cabeza), cualquiera de ellas u otras sin MC, que en las declaraciones oficiales ha dicho que va solo en las elecciones del 2027, aunque ya el columnista Juan José Rodríguez señala que está en negociaciones con Morena.

Todavía faltan varios temas por discutir y acuerdos por amarrar entre las dirigencias de los partidos de aquí a finales de 2026, principios de 2027, cuando se definen oficialmente las candidaturas y coaliciones, pero Rosa Isela ya se encuentra, más claramente, como la muy probable candidata de Morena al gobierno de San Luis Potosí, con su partido en coalición o quizá incluso en solitario (con la fuerza y el arrastre que le da una presidenta apoyada por siete de cada 10 mexicanos y la construcción de una base social que está en desarrollo desde hace más de un año con labores de promoción y convencimiento casa por casa del proyecto de la 4T,  y a través de comités seccionales y una campaña de afiliación en fechas recientes). Todo dependerá de las garantías que el tablero político estatal ofrezca a Rosa Isela para ganar; de otra manera, seguramente la presidenta la dejará como jefa de gabinete de su gobierno. 

En el ámbito federal, la relevante y poderosa posición que ocupa Rosa Isela Rodríguez como secretaria de Gobernación la coloca automáticamente como precandidata natural a la Presidencia de la República. La primera condición para que pueda ocupar la candidatura al máximo puesto político de este país es que no sea candidata ganadora a la gubernatura de San Luis Potosí, lo que la dejaría fuera de tal aspiración.

Otro aspecto a considerar es si su lealtad y sobre todo su capacidad para manejar la política interna y la gobernabilidad de este país en los próximos cuatro años, le dan para ser “la candidata de Claudia Sheinbaum” (así como esta fue la escogida por AMLO), o si la presidenta se decanta, por ejemplo, por Omar García Harfuch, otro de sus preferidos en el gabinete. Ya veremos.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente. Periodista desde hace 38 años. Fue coordinador de Noticias de Canal 7 de televisión en SLP y director de la revista Transición en sus versiones impresa y electrónica. Docente universitario durante 31 años. Ha impartido materias de periodismo, ética de la comunicación y opinión pública.