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JOHANNESBURGO.
En las escuelas normales sufren “xenofobia” y a veces “no les dan de comer”, explica Colin Northmore, el director de un colegio sudafricano que da apoyo escolar gratuito a niños refugiados para que un día puedan integrarse en el sistema educativo. “Luchemos contra la xenofobia”, se lee en los carteles de un aula de Sacred Heart College de Johannesburgo.
“Os damos las gracias por nuestro colegio y nuestros profesores”, rezan en coro, con los ojos cerrados y las manos juntas alrededor de 175 niños en uniforme azul marino. Así comienzan su jornada escolar a las tres de la tarde. Se sientan en las aulas de las que acaban de salir los alumnos habituales.
Durante tres horas los profesores imparten cursos de inglés y matemáticas a estos refugiados de entre cinco y 13 años. Son de la República Democrática del Congo (RDC), de Burundi, de Mozambique, de Zimbabue o de Eritrea.
Sudáfrica es la primera potencia económica del continente, por lo que cada año atrae a migrantes económicos o políticos. Según la página web Africa Check, en 2015 ocupaba el segundo lugar mundial, después de Alemania, en número de solicitantes de asilo.
Esta situación genera tensiones en una nación a la que le cuesta aplicar los ideales de su primer presidente negro Nelson Mandela (1994-1999) debido a la violencia heredada de los tiempos del apartheid.
Xenofobia
En las escuelas, los pequeños refugiados “sufren xenofobia por parte de sus compañeros y profesores”, explica el director del centro. En ocasiones, “no les ponen notas, o no les dan de comer”.
Ellos plasman sus vivencias sobre el papel, a su manera. En el despacho del director hay un dibujo de uno de estos niños en el que se ve a un joven uniformado a punto de tirarse de un trampolín suspendido en el vacío.
Ante la marginación existente, muchos niños de familias inmigrantes renuncian a ir al colegio. Otros no pueden acudir a los centros públicos por falta de documentación y de dinero para comprar los uniformes y los libros, según Colin Northmore. Para ellos, el Sacred Heart College lanzó en 2008 “Three2Six” (de 3h a 6h de la tarde), un programa concebido para los refugiados. Los propios profesores están a la espera de documentación, por lo que no pueden ser contratados en el sector público.
Con “Three2Six”, el Sacred Heart College, un establecimiento creado por los maristas en el siglo XIX y frecuentado por varios nietos de Nelson Mandela, recupera su tradición de compromiso social. En 1976, cuando las barriadas arremetían contra el régimen del apartheid, el colegio se volvió multirracial. Le costó amenazas de la policía, que prendió fuego a la estatua de Jesucristo en la entrada del establecimiento.