Abelardo Medellín
Por segunda ocasión, los vecinos de la colonia Imperio Azteca se manifestaron a inicios de semana frente a las instalaciones de una gasera que se encuentra en construcción en la avenida Camino Real a Saltillo, ya que consideran que la localización de dicha gasera es insegura, pues se encuentra muy cerca de escuelas y zonas muy pobladas.
En la manifestación del pasado lunes, los vecinos de Imperio Azteca declararon que a menos de 200 metros de la gasera en obra se encuentra un jardín de niños y a 40 metros hay una capilla, motivo por el que incluso han entregado al Ayuntamiento oficios firmados para que resuelvan la problemática que pone en peligro a los pobladores del norte de la ciudad.
Según algunos manifestantes, el Ayuntamiento capitalino intervino desde el pasado viernes colocando sellos de clausura en la obra, sin embargo a escazas horas de ser colocados los sellos, trabajadores de la gasera los retiraron, y en entrevistas posteriores afirmaron que quienes clausuraron el espacio de construcción “no estaban al tanto que se cumplen con todos los protocolos y está autorizada”.
La primera vez que los vecinos de la zona se manifestaron, el 30 de julio pasado, Mía Alexa Sánchez, presidenta de la Junta de Mejoras de la colonia Plan Ponciano Arriaga, informó que en una reunión con autoridades municipales se solicitó la revocación de los permisos de construcción para la gasera e incluso comentó que las autoridades municipales que acudieron para atender la inconformidad desconocían el proyecto de tal empresa.
Alexa Sánchez dijo entonces que el 23 de julio se presentó una queja ante la autoridad municipal y el personal correspondiente se comprometió a realizar una revisión de los permisos.
Según las declaraciones de vecinos de las colonias María Cecilia, Ponciano Arriaga, Arenal y Pinos, el temor de que se construya una gasera en esta zona tan poblada, parte de un accidente suscitado en un negocio similar que se ubicaba cerca del anillo periférico donde fallecieron dos personas.
Otras declaraciones señalan que los trabajadores de la gasera les habían mentido a los vecinos comentándoles que era el desarrollo de un supuesto gimnasio, pero informaron a los comerciantes de las inmediaciones que sería una gasera; asimismo, hubo vecinos que aseguraron haber visto como se construía el agujero para un contenedor de gas butano pegado a las bardas traseras de casa habitadas.
Al momento, las autoridades hicieron una clausura que no fue respetada; los constructores de la gasera insisten en tener los permisos adecuados y los vecinos mantienen su postura sobre que dicho negocio representa un riesgo mayor para los habitantes de las colonias del norte de la capital.
