Marcela Del Muro
El pasado 8 de febrero los gobernadores de Tamaulipas y Nuevo León, Américo Villarreal Anaya y Samuel García Sepúlveda, crearon un frente para revivir el proyecto de construcción del acueducto del Río Pánuco.
El mandatario tamaulipeco explicó que el proyecto que se plantea como “la solución de fondo al estrés hídrico que enfrentan las zonas del norte del país”, tendrá un costo de 40 mil millones de pesos y será presentado al Gobierno federal a finales de año. Se prevé que la construcción del conducto de agua dure tres años.
“De acuerdo a los estudios realizados, el río Pánuco tira de 280 a 300 metros cúbicos de agua dulce por segundo al mar (cada metro cúbico equivale a mil litros) y esos son los que queremos aprovechar”, comentó Villarreal Anaya.
No es la primera vez que se propone este proyecto de trasvase de agua del Pánuco. Durante la administración del presidente Felipe Calderón Hinojosa, el Servicio de Agua y Drenaje de Monterrey obtuvo el título de asignación de 15 mil litros por segundo de agua del río y en 2014 se ganó la licitación del proyecto Monterrey VI, que consistía en construir y operar un acueducto de San Luis Potosí a Monterrey, Nuevo León.
Serían extraídos, aproximadamente, 25 millones 920 mil metros cúbicos de agua por día de un lugar llamado Las Adjuntas, donde se unifican los ríos Tampaón y Moctezuma, en el ejido El Porvenir del municipio de Tamuín, explica el activista Rogel del Rosal, asesor de la Coordinadora de Organizaciones Campesinas e Indígenas de la Huasteca Potosina (COCIHP).
El flujo hídrico será descargado en las presas Marte R. Gómez y Vicente Guerrero, en Tamaulipas, y de la última señalada a la presa de Cerro Prieto, en el estado de Nuevo León.
El 13 de julio de 2022, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, señaló que es viable canalizar el agua del Pánuco a Nuevo León, a través de un acueducto de 134 kilómetros a partir de la desembocadura del río en el estado de Tamaulipas. Pero, incluso este proyecto afectaría el caudal del suelo de la Huasteca potosina.
Ante las declaraciones federales, el secretario general de Gobierno, Guadalupe Torres Sánchez, sostuvo la negativa al proyecto y señaló que la administración estatal tiene el compromiso de defender los recursos naturales de San Luis Potosí.
“Sin duda, revivir el proyecto del acueducto Monterrey VI generaría un conflicto social a gran escala en la región, pues golpearía una de las fibras más sensibles de la vida y la cultura de la Huasteca potosina y de poblaciones enteras de la cuenca hidrológica del río Pánuco”, refirió la COCIHP sobre las declaraciones de López Hernández.
Los proyectos de extracción de agua del Pánuco
Desde el inicio de los ochentas, el entonces gobernador de Nuevo León, Alfonso Martínez Domínguez, afirmó en un noticiero de Televisa que, en el futuro, la solución del abasto de agua en su estado sería llevar agua de la cuenca del río Pánuco.
Treinta años después, en abril de 2012, el candidato priista a la presidencia del país, Enrique Peña Nieto, firmó como una de sus propuestas de campaña la construcción del proyecto Monterrey VI.
En 2014, se inició la licitación para el arranque de la construcción y operación de un acueducto de 372 kilómetros, con seis estaciones de bombeo, que transportaría cinco metros cúbicos de agua por segundo desde la cuenca del río Pánuco en el estado de San Luis Potosí hasta Monterrey, con una inversión inicial de 14 mil millones de pesos.
El concurso fue ganado por un consorcio de cinco compañías, entre ellas una subsidiaria de Grupo Higa, empresa favorita del gobierno de Peña Nieto y señalada por Emilio Lozoya, ex director de Pemex, durante la investigación de los casos Odebrecht y Agro Nitrogenados, y principal actor del escándalo de corrupción de La Casa Blanca.
Desde sus inicios, este polémico proyecto fue muy criticado y creó una gran red de opositores que lograron, en el 2017, se cancelara definitivamente el millonario proyecto.
“Entre los opositores hubo, hay de todo: desde empresarios nuevoleoneses que vieron con malos ojos que un apetitoso contrato se lo llevara el grupo Higa, organizaciones ambientalistas, la Arquidiócesis de Monterrey, inspirada por la encíclica papal por el medio ambiente; el diario El Norte, políticos en plena campaña electoral, comunidades campesinas en San Luis Potosí, organizaciones sociales regiomontanas de corte progresista, estudiantes, activistas de izquierda de la vieja guardia, gente de a pie”, indica la periodista Lydiette Carrión en un especial que profundiza sobre los opositores al Monterrey VI.
La resistencia de los ejidos y comunidades de la Huasteca
Los ejidos y comunidades indígenas de la Huasteca potosina tienen historias de resistencia en la protección de su territorio y sus recursos naturales, y son las mujeres las que han impulsado la lucha y la protesta.
En los ochentas, el Gobierno federal realizó una exploración en el país para crear un mapeo certero sobre la existencia de hidrocarburos en el territorio mexicano. Ese estudio incluyó la Huasteca potosina donde se hicieron perforaciones en el suelo poroso de la zona. Como consecuencia, obstruyeron algunos de los acuíferos, provocando que se secaran muchos pozos y manantiales.
En las comunidades se cuentan anécdotas de cuando existía, tal o cuál pozo o riachuelo que era más cercano a sus casas; recuerdan cuando no tenían que caminar varios metros o hasta kilómetros cargando tinas o tambos. En pleno 2023, hay comunidades o ejidos que no cuentan con infraestructura o mantenimiento a las tuberías que suministran agua.
Desde hace más de cinco años, las sequías comenzaron a ser una constante en la zona, esto complica aún más la mala distribución del agua en los municipios huastecos. A esto se le suma la llegada de empresas privadas y macroproyectos que han contaminado y sobreexplotado los ríos y pozos.
“Las empresas energéticas, ganaderas, agroindustriales e inmobiliarias que hoy operan en la región, además de contaminar las aguas y causar daños a la salud de las personas y al medio ambiente, hoy acaparan más de 70 millones de metros cúbicos de agua al año de los ríos Moctezuma, Huchihuayan, Gallinas, Valles y Tampaón”, señala el asesor de la COCIHP.
A todas estas problemáticas les han hecho frente los ejidos y comunidades de la Huasteca potosina, pero también ha traído mucha división en las comunidades.
La COCIHP se ha dedicado a brindar información a las comunidades sobre los riesgos que traen los proyectos que entran en la zona.
“Lo primero que se necesita es que la gente, quienes poseen la tierra, se apropien del problema para que defiendan su casa, porque es su territorio, su lugar de vida, su cultura y el futuro de sus hijos”, narra Rogel del Rosal.
El asesor de la Coordinadora de Organizaciones Campesinas e Indígenas de la Huasteca Potosina señala que existen muchos recursos jurídicos que protegen los derechos de las comunidades y ejidos que son afectadas por macroproyectos, en este caso sería el ejido El Porvenir, en Tamuín.
“Desde la Constitución mexicana en su artículo 2 y el artículo 9 de la Constitución estatal, que determinan su derecho a la libre determinación y autonomía; hasta los tratados internacionales del que México es parte. Por ejemplo: el convenio 179 de la Organización Internacional del Trabajo, en su artículo 6, establece que están obligados a consultar cualquier actividad que afecte a los pueblos y son las comunidades las que deben de tomar una decisión”, señala el asesor de la COCIHP.
Rogel del Rosal agrega que previamente a las consultas que se realicen en la zona, las autoridades están obligadas a proveer la información completa a las comunidades y ejidos.
Para la COCIHP revivir el proyecto de creación del acueducto que pretende extraer agua del río Pánuco es inviable porque atenta contra los recursos naturales y la vida de la zona afectada. También convocan a las comunidades y ejidos a estar atentos e informados, porque necesitan mantenerse unidos para seguir defendiendo su territorio.