Río de Janeiro, Brasil (25 de junio de 2015).- Si un cadáver tiene el doble de peso de lo normal ¿Qué pasa? Su familia puede encargar un ataúd a medida XXL, pero llegar al cementerio y encontrar que no cabe en ningún lugar. Para evitar la penosa situación, ahora un cementerio de Río de Janeiro acaba de inaugurar una sección especial para difuntos con sobrepeso.
¿Brasil es un país de gordos?
Pues todo parece indicar que sí. Los cuerpos esculturales que hacen soñar a los europeos son cada vez más escasos. Y es que el 40% de la población, es decir, 65 millones de personas padecen sobrepeso; y el 5% son considerados obesos.
Esta fue la situación que llevó al cementerio de la Penitencia, en Río de Janeiro, a crear un rincón especial con personas con sobrepeso. Las tumbas tienen 50 centímetros más de ancho que los sepulcros convencionales y puede dar sepultura a personas de hasta 350 kilos.
Lidiar con un difunto obeso no es sencillo. Al sufrimiento de la pérdida familiar, se une la desesperación porque el súperféretro que no cabe en la fosa. “Si la familia no se preocupa antes de ese detalle, puede tener un gran disgusto el día del entierro”, señala Alberto Junior Brenner, administrador del cementerio, quien reconoce que desde hace tiempo estaban preocupados por la situación.
Así, el cementerio ha comenzado a pedir con antelación las medidas de los ataúdes. “Nuestro objetivo es poder ofrecer siempre un entierro digno”, afirma el administrador del cementerio.
Pero las tumbas XXL no son nada baratas. Su precio oscila entre los 75 mil reales (21,550 euros), cuatro veces más que un nicho tradicional. Además, no están pensadas sólo para obesos; también hay personas que prefieren ataúdes más pomposos, que lógicamente ocupan más espacio.
Ante el aumento de personas con sobrepeso en Brasil durante la última década, el cementerio planea expandirse. En enero de este año, firmaron un acuerdo con el Ayuntamiento de Río de Janeiro para construir 21 mil nuevas tumbas, cuyo 6% será de tamaño XXL. En total, 1,260 sepulturas serán destinadas a los difuntos más “rechonchos”.
Fuente: Animal Político.