UASLP: ¿Universidad Barco?

Por Victoriano Martínez

Dejar algunas tareas para el último momento no suele ser ninguna novedad en ambientes universitarios, por lo que no resulta una sorpresa que a tres semanas de que se concluya el actual semestre se sugiera a las autoridades administrativas y docentes de escuelas y facultades de la UASLP que vayan diseñando un esquema de “evaluación virtual” a fin de cerrar sus cursos.

La reacción de la UASLP ante la pandemia pareció más que oportuna cuando el lunes 16 de marzo emitió un comunicado mediante el que suspendió las clases presenciales para supuestamente reanudar el 20 de abril.

“Para dar cumplimiento a los distintos programas académicos, tanto de nivel medio superior, como de licenciatura y postgrado, podrán impartirse clases a través de diversos medios digitales, ya sea mediante la utilización de la plataforma institucional de la Secretaría Académica o bien, por los medios que las entidades acuerden con su respectiva planta docente”, se sugirió en el comunicado.

Todo parecía estar previsto para no perder la continuidad de las actividades académicas, salvo porque todo indica que la plataforma institucional es muy poco conocida entre los docentes de la UASLP, que interpretaron el comunicado como un anuncio de vacaciones adelantadas y para los alumnos contactar a sus profesores se volvió una odisea que aún no termina.

La plataforma puesta a disposición por la Secretaría Académica se denomina DidacTICuaslp.mx y, de acuerdo con su canal de YouTube, está disponible desde noviembre de 2018, aunque se quedó inconclusa y fue reactivada con urgencia tres días después de que se suspendieron las clases presenciales, además de que se habilitó una página de instrucciones.

Antes de la suspensión de clases, entre el 21 de noviembre y el 6 de diciembre de 2018, se montaron en YouTube 16 videotutoriales que –en 16 meses– habían alcanzado apenas 4 mil 867 vistas de una comunidad de casi 40 mil universitarios. De esas vistas, mil 776 corresponden a un tutorial para los alumnos.

El siguiente tutorial en el canal de la plataforma DidacTIC apareció el pasado 20 de marzo, y tras ese se publicaron 19 más para dar un total de 20, de los cuales los más recientes son del 2 de abril.

Por ser instructivos que respondían con urgencia a las necesidades provocadas por la suspensión de clases presenciales, lo más lógico sería haber observado un flujo de constantes visitas de catedráticos preocupados por ver cómo atendían a sus alumnos. No fue así: hasta las 23:30 horas de este 28 de abril los 20 videos apenas acumulaban 475 vistas.

Una primera señal de que los catedráticos universitarios ignoraron la advertencia que acompaña a la Jornada de Sana Distancia en el sentido de que no son vacaciones. Seguramente no se fueron a la playa y se quedaron en casa, pero se olvidaros de su responsabilidad para con sus alumnos.

Una segunda señal de que en su mayoría sí lo tomaron como vacaciones son los reclamos que se han dado en algunas escuelas y facultados que revelan que no hubo acuerdos alternativos para atender la continuidad de las actividades académicas.

Así, por ejemplo, la cuenta de Twitter de la Facultad de Derecho se convirtió en la plataforma de reacción a una especie de alerta amber para que los estudiantes pudieran localizar a sus profesores.

Tras la suspensión sólo hubo tres mensajes: el primero, el 20 de marzo, para reprogramar un examen del 27 de marzo al 19 de junio; los otros dos, uno el 26 y el otro el 30 de marzo, para enviar las indicaciones “para el segundo trabajo evaluable del 3er parcial” a los alumnos de Salvador Ricavar Cisneros.

El siguiente mensaje apareció hasta el 20 de abril para decir a los alumnos que “ha concluido el periodo vacacional y como es del conocimiento de todos, continua la contingencia sanitaria, es necesario entrar en comunicación con sus profesores para continuar con los contenidos programáticos de sus materias”.

Y la cuenta de Twitter de la facultad de Derecho se convirtió en tablero de avisos a los alumnos sobre los resultados de su improvisada alerta amber, desde profesores que se reportaron hasta pedirles que “revisen su bandeja de “correo no deseado” para revisar los correos masivos que se envían de la cuenta departamental soporte.derecho@der.uaslp.mx”.

Hubo profesores que un mes después de la suspensión le reportaban a la Facultad que se pondrían en contacto con sus alumnos.

De no ser por las directrices dictadas por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), el caos provocado por la suspensión de previsión, hoy tal vez ni siquiera existiría la recomendación  de que “vayan diseñando un esquema de “evaluación virtual” a fin de cerrar sus cursos”.

Ya solo falta que la flexibilización de los criterios de evaluación que se recomienda termine en una medida mayoritaria por parte de los profesores de otorgar –para no complicarse la existencia– calificaciones aprobatorias a todos, para pasar del profesor barco a la Universidad Barco.

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