¿Y por qué no hablan de contenido de los programas de desarrollo urbano?

Por Victoriano Martínez

Mientras los regidores y síndicos se acusan de privilegiar intereses políticos para, unos frenar y otros acelerar, la aprobación de los programas de desarrollo urbano, y los desarrolladores inmobiliarios aseguran que sin esos programas están detenidos 60 fraccionamientos y 40 mil empleos, nadie parece preocupado por analizar y explicar los 42 documentos puestos a discusión del Cabildo.

No es novedad que para los simuladores de políticos y los empresarios enfocados sólo en obtener ganancias, la discusión de los asuntos cuya trascendencia afecta a toda la población se discuten en función de la utilidad política o económica que les reditúe.

El resultado suele ser que se aprueban documentos elaborados a contentillo de quien aprovecha ese río revuelto de negligente politiquería para volver viables negocios inimaginables, por la magnitud de las ganancias y por los perjuicios que pueden provocar con su actitud voraz de depredación ecológica.

Asegurar que hay fraccionamientos detenidos por la falta de los programas sería tanto como decir que desde 2006, cuando debió actualizarse el programa del centro de población de 2003 por primera vez, la ciudad no ha podido contar con un solo nuevo fraccionamiento.

Una postura alarmista como la del presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de la Vivienda (Canadevi), Julián Ramírez Abella, con el añadido de que se dejan de generar 40 mil empleos, se inscribe más en un mecanismo de presión para lograr una aprobación por los distraídos politiqueros de documentos que privilegian negocios antes que a la ciudad.

De acuerdo con el INEGI –citado en la propuesta de Programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población– el número de viviendas en la ciudad creció de 102 ml 984 en 1990 a 148 mil 559 en el año 2000. Para 2015 (al menos 8 de 15 años sin programas actualizados), el número de viviendas ya era de 244 mil 752. Los números no muestran al negocio de la vivienda muy afectado.

El llamado de Edgardo Jasso Puente, dirigente municipal panista, a los análisis que realmente requieren los documentos de los programas de desarrollo urbano serían innecesarios si desde septiembre que el IMPLAN inició meses de trabajo con regidores no se hubiera hecho con la opacidad que aún persiste y con lo selectivo de los representantes populares convocados.

Mañana se cumplen 100 días desde que el alcalde interino, Alfredo Lujambio Cataño, como regidor presumió vía Twitter la presentación de los documentos de los programas de desarrollo urbano. Cien días en los que públicamente sólo se pronuncian a favor de aprobarlos sin darlos a conocer ni dar un solo argumento contenido en ellos para justificar su aprobación.

En cambio, las filtraciones de su contenido, incluida la publicación de los documentos obtenidos de esa forma, muestran contradicciones y riesgos como la aprobación de la factibilidad para urbanizar 5 mil 700 hectáreas de la Sierra de San Miguelito (SSM) que prestan importantes servicios ecológicos a la ciudad, que abre la puerta a la depredación ecológica por parte de tres grandes urbanizadoras.

Una modificación en el uso de suelo de gran parte de la Sierra que no resulta congruente con los riesgos que en los propios documentos se advierten. He aquí unos fragmentos tomados de los proyectos de programas de Desarrollo Urbano del Centro de Población y de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano:

  • “…las escorrentías de la Sierra de San Miguelito, la urbanización en la zona que en conjunto han acelerado y aumentado la cantidad de agua que llega a la parte baja de la ciduad (sic) y que generan inundaciones que han afectado los bienes patrimoniales de las personas, los tiempos de traslado y la seguridad en general” (página 46 del PMDUCP).
  • “Existe una urbanización en la zona poniente de la ciudad, vecina a los diversos poligonos (ver mapa 6 del anexo) que se han estudiado en la SSM, que han generado un aumento en la velocidad y cantidad de agua que llega a la parte baja de la ciudad y genera inundaciones. Esta área tiene deficiencias de infraestructura de movilidad e hidraulica que debe ser atendida de manera correctiva”. (Página 51 del PMDUCP)
  • “las principales amenazas a la biodiversidad son el cambio de uso del suelo (impulsado principalmente por la expansión de la frontera agropecuaria y urbana), el crecimiento de la infraestructura (construcción de carreteras, redes eléctricas y represas), los incendios forestales, la sobreexplotación de los recursos naturales, la introducción de especies invasoras, la contaminación, el aprovechamiento ilegal y, recientemente, el cambio climático global”. (Página 72 del PMOTDU)
  • “Actualmente 7 km2 del área urbana se encuentran en zonas catalogadas con peligro bajo y medio en el municipio, que corresponden al 4.5% del total. Del año 1990 a 2017, 90% de esas zonas catalogadas con algún tipo de peligro se anexaron al área urbana, lo que refleja la presión que ha tenido el desarrollo urbano hacia las laderas, sobre todo en la Sierra de San Miguelito. Esta presión altera el equilibrio de las laderas, y aunado a la presencia de mayores zonas quemadas aumenta el peligro de afectación a mayor población”. (Página 67 del PMDUCP)
  • “Las zonas urbanas con peligro de deslizamiento se localizan en Escalerillas y en las zonas urbanizadas en las faldas de la Sierra de San Miguelito”. (Página 67 del PMDUCP)
  • “Las áreas más afectadas por el riesgo de caída de bloques de rocas están concentradas en la zona oeste y sur-oeste del municipio de San Luis Potosí, en las lomas de la Sierra de San Miguelito. En particular áreas cercanas a la localidad de Escalerillas, y Lomas del Pedregal, así como en la zona de Pozos en el área también cercana a la Sierra de San Miguelito”. (Página 102 del PMOTDU)
  • “En 2016, las intensas lluvias registradas provocaron una intensa bajada de agua de las faldas de la Sierra de San Miguelito, causando que parte del talud de protección y 50 metros de muro del Colegio Andes se colapsaran sobre el periférico poniente”. (Página 103 del PMOTDU, con imágenes de los daños en el Colegio Andes en la página 104)

¿Cómo justifican el alcalde interino, los regidores y la síndica aprobar la urbanización de parte de la Sierra de San Miguelito (5 mil 700 hectáreas) cuando al mismo tiempo reconocerían que se aumenta el peligro de afectación a más población?

Y sólo se trata de aspectos relacionados con la Sierra, que incluyen poner en riesgo de extinción a 15 especies de fauna, de las cuales siete son únicas de esa área.

Antes que acusarse mutuamente de obstruir la aprobación de los programas de desarrollo urbano, los integrantes del Cabildo –en su carácter de representantes de los habitantes de la ciudad– deberían hablar del contenido de los documentos, justificar públicamente sus posturas, y demostrar con hechos que efectivamente defienden el interés general.

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