Abelardo Medellín Pérez
A estas alturas del sexenio, todos los potosinos deberíamos ser conscientes de una realidad innegable: que el gobierno Gallardista administre recursos es una pésima idea y una tragedia esperando a pasar.
Esta semana el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, haciendo alarde de sus dotes como iluminado político, dio a conocer dos propuestas que, aunque no tienen que ver entre sí, sus consecuencias nos confirman que prometer no cuesta nada, pero cumplir nos puede salir muy caro.
A inicios de semana, el gobernador potosino sugirió que su gobierno podría rehabilitar la infraestructura y calles de la Zona Industrial de la capital, a condición de que el Ayuntamiento de San Luis Potosí permita que el gobierno estatal cobre el predial de esta zona.
Por otro lado, recientemente el jefe del Ejecutivo prometió que iniciará un proyecto para pensionar a elementos de policías estatales y municipales para que tengan un retiro digno.
En lo referente al tema del predial capitalino, no hay forma de ser más realistas, la propuesta es ingenua, ocurrente e ilegal; tres características que pueden aplicarse a cualquier proyecto Gallardista no importa qué año sea.
Cobrar el predial de la Zona Industrial a cambio de un proyecto de 900 millones de pesos es ilegal, porque va en contra de lo que dispone la Constitución en materia de las atribuciones municipales; es ocurrente porque no plantea ni explora opciones viables para atender el problema y se muestra como una elaborada excusa para deslindarse del lugar; además es ingenua, porque insulta la inteligencia colectiva de los ciudadanos al suponer que todos vamos a apoyar un asalto oficialista al erario del municipio más poblado del estado.
Para la único que sirvió la iniciativa del predial fue para revelar dos condiciones de las que simplemente no se puede deshacer Gallardo Cardona: la incongruencia y su estilo transaccional de gobernar.
Por un lado, vemos que el gobernador es capaz de atender gratuitamente deficiencias en municipios y demarcaciones donde el Verde es la ley, pero cuando se trata de la capital, el jefe del Ejecutivo no la brinca sin guarache.
Puede anunciar la construcción de Lienzos Charros en municipios de la zona Media, ofrecer presupuesto solidario a nuevos ayuntamientos, apoyar proyectos tan complejos como la desincorporación de administraciones de un organismo de agua, pero cuando se trata de atender la capital siempre tiene un “pero”. ¿Por qué? Sencillo, la capital no le ha redituado como él esperaba.
En las dos últimas elecciones, la capital quedó fuera de su control y por tanto, lo que el gobernador le intenta decir a los ciudadanos capitalinos es: “o me pagan con votos, o me pagan con dinero, aquí no hay buena voluntad y ya me deben dos trienios de tributo”.
Por lo que hace a las pensiones para la policías el panorama no es mejor.
¿Qué tipo de confianza y certeza le va a dar a los policías una administración cuya única experiencia real con el manejo de pensiones se traduce en retraso de pagos, aumento desmedido de la deuda y opacidad peligrosamente sospechosa?
El gobierno tiene un año sin informar en qué condición está la deuda que tiene con las pensiones, y tiene un historial comprobable de dos años aumentando exponencialmente dicha deuda, y ahora quiere que confiemos en que podrá hacer un espacio entre sus gastos para pensionar a las fuerzas del orden.
No. No debemos confiar, de hecho, lo mejor que podrían hacer los policías es decir “no gracias, no quiero ser la próxima tragedia administrativa de este sexenio”, es la única salida digna.
Esto no es futurismo en negativo, es una prevención mínima ante las malas ideas. Vean por ejemplo los programas sociales, eventos y servicios como el de la MetroRed; todos son hasta ahora servicios y apoyos de los que se benefician muchos potosinos, pero que es casi imposible saber cómo funcionan.
No sabemos de dónde va a sacar dinero el gobierno para crecer padrones de programas sociales y crear nuevos apoyos sin desfondarse, aunque ya se sospecha que jinetean otros recursos, como el pago de publicidad a medios de comunicación o los sueldos de diversos trabajadores; no sabemos cómo se sostiene el servicio gratuito de MetroRed con tantos usuarios y decenas de conductores, pero ya muchos hablan de que el cargo ha recaído en los sistemas de prepago de los concesionarios; no es fácil determinar de dónde sale el recurso para traer a Belinda y Marilyn Manson, pero desde el inicio de la administración se ha ventilado que la Secretaría de Cultura sacrifica buena parte de su presupuesto para contribuir al monumento al ego que es la Fenapo.
Quizá el gobernador pueda echar a andar un sistema de pensiones para policías, pero muy probablemente dicho programa requiera jinetear recursos, cargarle la mano a quien se deje y ocultar la huella de un desaseo administrativo. Así como la mayoría de sus políticas públicas.
Incongruencia, oportunismo, opacidad, desvíos y confusión de prioridades, ese ha sido el sello de la administración y, con eso a cuestas, cree que aún hay espacio para proponer más, ejercer más, mal gastar más.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestrando en Estudios sobre la Democracia y Procesos Electorales en el posgrado de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha trabajado como reportero y columnista en los medios digitales La Orquesta y Arco Informativo; actualmente es jefe de información de Astrolabio Diario Digital. Ha sido acreedor de dos premios estatales de periodismo en las categorías de Artículo de Fondo y Periodismo Regional.