Muy Verde para el Senado

Abelardo Medellín

Los más de 480 mil potosinos que dieron su voto en 2024 para que Ruth González Silva se convirtiera en senadora de mayoría relativa quizá no lo saben, pero su voto no les dio una representante ante la Cámara, lo único que consiguió fue una costosa plataforma para inflar aún más la propaganda del proyecto Gallardista.

Si alguien entra a las redes sociales de Ruth González, tendría que poner mucha atención a los “detalles” para advertir que se trata del perfil de una senadora. ¿Qué se aprecia en, por ejemplo, la última publicación de este jueves 29 de mayo?… Fotografías de Ruth González con un chaleco verde, el logotipo de su partido y rodeada de un público de ciudadanos, tal galería, acompañada del mensaje:

“Me reuní con familias de la colonia Tequisquiapan para escuchar sus propuestas y seguir construyendo juntos una mejor capital. Cerramos el día con el compromiso firme de avanzar… ¡Sin Límites!”.

¿Sin límites?, ¿cómo el slogan del gobierno? Afirma que se reunió con familias para ¿construir una mejor capital?, ¿focalizada?, ¿cómo en una campaña?

¿Qué hay después de eso? Fotografías de Ruth González entregando una potabilizadora de agua en Villa de Pozos, inaugurando una calle en esa misma demarcación, luego un video donde aparece la senadora “aceptando el reto” del gobernador (un acartonado intento de hacerse virales con retos de internet) en el que explica qué es para ella “un Potosí sin límites”; y así continúan las publicaciones.

Visitas a escuelas, eventos patrocinados por ediles del PVEM, promoción turística, asistencia a entrega de apoyos sociales, asambleas proselitistas y las, ya muy infames, publicaciones donde la senadora se jacta de haber intervenido (quién sabe con qué recursos y quién sabe con qué materiales) cruces y vialidades de la capital potosina.

Uno tiene que bajar hasta las publicaciones del 21 de mayo para enterarse que la senadora hace más que solo utilizar a personal de la Junta Estatal de Caminos (JEC) para hacer obras irregulares en las colonias de la capital; en esa fecha, González Silva publicó una serie de galerías sobre la visita que como senadora realizó a Estado Unidos para formar parte de diversas mesas de trabajo en torno a temas como la migración y la imposición de aranceles a las remesas.

¿Y además de eso? Pues nada; más intervenciones propagandísticas en las colonias, más visitas incomodas a escuelas que no le pidieron su asistencia, más dinámicas por interacción en las que se ofrecen boletos para eventos del Estado y más galerías de las profundamente irregulares actividades que realizan como parte de la campaña permanente que llama Red de Gestión Comunitaria.

Ruth González entonces, al menos en las plataformas que utiliza para promocionar su perfil, no se publicita propiamente como una integrante del Senado, sino como una extensión (quizá una cabeza) del aparato de propaganda que alimenta los intereses de la Gallardía.

Probablemente la senadora crea que sus redes y las apariciones públicas en eventos con pretensiones electoreras son inocentes formas de empujar su nombre en la palestra pública local que, lógicamente, podría dejar de lado la imagen de un funcionario de orden federal; pero lo que pasa en el fondo, es que González Silva solo abona a la desinformación y al desconocimiento cívico que ya imperan entre la población.

Con cada evento, con cada acarreo, con cada campaña de intromisión municipal, Ruth González le hace pensar a la gente que el deber de una senadora es formar parte del presiduim de un evento estatal, que su responsabilidad es regalar boletos para la Arena Potosí, que la calidad de su desempaño depende de cuánto visita los municipios, que el apego a la representación ciudadana es equivalente a la obscena forma en que promociona institucionalmente al Gobierno del Estado.

Y ante todo… quiere normalizar de forma dolosa el uso de recursos públicos estatales para su promoción personal, muy similar a lo que ya hace Ricardo Gallardo Cardona.

¿Qué dirán en el futuro los libros de texto de la Gallardía?, ¿es atribución de un senador utilizar el erario público para pintar calles y poner su nombre en la espalda de trabajadores del Estado?, ¿es obligación del legislador federal asistir a eventos y proporcionar pancartas auto alusivas a los asistentes?

Nada de lo anterior descrito (mucho menos las partes que rayan en la ilegalidad) son atribuciones o responsabilidades de un senador, sin embargo, tal parece que el 90 por ciento de los esfuerzos que la senadora pone en su labor están volcados en hacernos pensar lo contrario.

En el fondo, no es culpa de la González Silva, sus ventajosos y costosos asesores probablemente le han vendido la idea de que para mantener vigencia y poder saltar cómodamente al siguiente cargo, debe ignorar por completo los compromisos del cargo que ostenta y ser omisa en informar correctamente sobre su labor.

Esto es justamente lo que hemos reconocido como “el estilo Gallardista de gobernar”, que ahora tiene sucursal en el Senado. Pasar por alto las responsabilidades básicas, enaltecer tu propia imagen con una egolatría insufrible, erogar dinero mal habido para publicitar trabajo que no te correspondía, quejarte del trabajo de otros y buscar un contraste a tu favor, quemar las retinas de la gente pintando de verde cada espacio que te puedas apropiar… tal parece que Ruth González ha aprendido bien ese estilo oficialista.

La senadora, como se ha dicho antes del propio gobernador, pareciera ser un perfil que no estaba listo para ocupar el cargo, sino simplemente para mantenerse en campaña. Eventos masivos, globos verdes, porras de acarreados, su imagen por todos lados, pareciera que González Silva agarró gusto por el proceso, pero no ha logrado arraigo con la meta (que, alguien avísele, ya alcanzó).

Lo suyo lo suyo es la campaña, la “cercanía con la gente”, el clientelismo salvaje, cosas muy propias del Verde; el Senado le ha quedado chico, no son suficientes aplausos, no alcanzan las pleitesías, no hay tanto espacio para meter a beneficiarios de programas sociales.

Es justo decir entonces que la senadora (pensando en sus filias políticas) está muy Verde para el Senado.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestrando en Estudios sobre la Democracia y Procesos Electorales en el posgrado de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha trabajado como reportero y columnista en los medios digitales La Orquesta y Arco Informativo; actualmente es jefe de información de Astrolabio Diario Digital. Ha sido acreedor de dos premios estatales de periodismo en las categorías de Artículo de Fondo y Periodismo Regional.

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