“¡Ni modo, ni modo… me vale!”

Por Victoriano Martínez

“Sí, es esto un tema político, no es un tema de inconformidad, perdón, lo voy a decir con claridad, lamento que se trastoque esta línea”, expresó el alcalde Enrique Galindo Ceballos al referirse a una presunta protesta de vecinos de la Garita de Jalisco durante la inauguración de lo que llamaron Parque Lineal Paseo de los Himalaya.

Si fue genuina o no la protesta resultó ser lo de menos. Galindo Ceballos lo dejó muy claro al enfatizar, con el uso del pronombre “se” en tercera persona, la acción y el objeto sobre el que recae, en lugar de señalar o acusar a quien la realiza: “lamento que se trastoque esta línea”.

Una forma retórica evasiva en cuya ambigüedad Galindo Ceballos se refugia para no señalar directamente al gobernador Ricardo Gallardo Cardona, aunque sus seguidores sí lo señalen directamente e incluso hostiguen a algunas de las protestantes como “la doña de las despensas ahora de grupo de choque”.

El resultado es que sí se trastocó la línea más allá de un acto de gobierno y una protesta ante una autoridad, genuinamente políticos, para degradarse en una expresión de lo que más daño le ha hecho a la administración pública en las últimas décadas: la vil y despreciable politiquería.

Aunque en su declaración Galindo Ceballos aseguró lamentar ese trastocamiento, en su discurso durante la inauguración se le sumo con tanta euforia que insistentemente le restregó a Gallardo Cardona, sin nombrarlo, la “maravillosa obra” y los tenis con los que “gané la elección para ser alcalde”.

“El trabajo nuestro no tiene tacha, no simula, no nos van a ganar. Por eso me puse los tenis”, expresó. “Maravillosa obra la de Himalaya. Es tan bonita. Es tan integral. Es tan completa, que hay (a) quien le arde. ¡Ni modo! ¡Ni modo! ¡Me vale!”.

Genuina o no la protesta, Galindo Ceballos la aprovechó para convertir el acto inaugural en un mitin de campaña a 672 días de las elecciones de 2027, lo que exhibe el grado en el que antes que como presidente municipal sus acciones las determina como precoz candidato con criterios politiquero-electoreros.

“Tranquila, señora, no se preocupe”, se dirigió en varias ocasiones a la protestante. “Cuidado ahí… ahí voy a su colonia, ahorita voy con usted, tranquila”, le dijo en el uso del micrófono. Al terminar el evento se declaró dispuesto a hablar con quienes se manifestaron, aunque adelantó un “me parece que no va a tener sentido”.

“Yo sí creo que esto no es espontáneo, esto es organizado, se puede gobernar, tengo capacidad para gobernar eso y más. No me causa ningún problema, al contrario, creo que la gente se emociona”, dijo. Estuvo a un tris de confesar el beneplácito que le causó la protesta.

Genuina o no la protesta, exhibió el trato diferenciado que dan a la información los medios alineados a cada bando: para unos, Gallardo Cardona envió un grupo de choque a boicotear el acto inaugural, en tanto que para otros se trató de un reclamo “para exigir solución a un problema de aguas negras que los aqueja”.

Sea o no un hecho que se trató de un grupo de choque, o sea real o no la existencia de un problema de aguas negras no atendido, lo que queda claro con la protesta y la reacción de Galindo Ceballos es que no hay presidente municipal sino aspirante a candidato para el 2027 en confrontación permanente con el promotor de candidatos desde Palacio de Gobierno.

¿Desde cuándo San Luis Potosí se quedó sin gobernador y sin alcalde? Desde que ambos personajes tomaron el cargo para trabajar con miras a la siguiente elección, es decir, desde 2021.

He ahí la razón por la que no se buscan soluciones de fondo para pendientes que afectan gravemente a la población como, por ejemplo, la inseguridad y la escasez de agua potable. Lo de ellos es politiquear, o como lo define la Real Academia Española, “hacer política de intrigas y bajezas” con superficialidad y ligereza.