Apostarle al olvido

Abelardo Medellín Pérez

Con el 2024 y el inicio del proceso electoral a la vuelta de la esquina, en San Luis Potosí se avecina sobre los políticos con aspiraciones electorales uno de sus más acérrimos enemigos: la memoria de la ciudadanía.

La conciencia del momento presente con la que contamos los ciudadanos, es efímera, reducida y selectiva, en consecuencia, también es muy conveniente para los intereses de quienes nos gobiernan. No podemos poner atención a la decena de actividades administrativas y políticas de quienes nos gobiernan, por eso nuestro derecho y necesidad cívica principal es tener la información pertinente y adecuada sobre lo que hace el gobierno y cómo afecta nuestra vida.

En la teoría, por eso mismo el gobierno paga miles de pesos en publicidad que mantiene cientos de medios de comunicación y al mismo tiempo surte a estos medios de comunicación de información útil sobre lo que hace el gobierno en favor de la ciudadanía misma.

En la práctica, el gobierno desembolsa millones de pesos en costosas relaciones editoriales con medios al servicio del discurso oficial, a los cuales adormece con decenas de boletines diarios con información inútil, superficial y poco trascendente para los ciudadanos.

Datos en materia de economía, advertencias en temas de salud, precauciones en materia de protección civil, avances en obras de infraestructura, explicaciones sobre el ejercicio de los recursos públicos, todo aquello que tiene una verdadera relevancia para el ciudadano preocupado y para aquel que necesita información y no lo sabe, queda enterrado debajo de montañas de boletines y comunicados basura con un nivel insoportable de adulaciones al gobernador Ricardo Gallardo Cardona y una línea informativa que centra su atención en promocionar al gobierno más como una empresa de espectáculos que como el aparato administrativo de un Estado.

Esta avalancha de datos inútiles, revestidos en logotipos con exceso de verde tienen, sin embargo, una doble función: por un lado, apuestan a sobresaturar al potosino con actividades supuestamente positivas con la intención de aparentar buenas intenciones y buenos resultados; por otro lado, buscan imponer la falsa idea de progreso constante que no tiene tiempo para atender compromisos pasados.

La intención es clara. El gobierno estatal, así como muchos otros actores políticos al servicio del mandato Gallardista, creen firmemente que entre menos recordemos sus promesas incumplidas, más fácil será presumir un récord impecable y mostrarse como una opción electoral.

Pongamos ejemplos de este juego de olvido artificial. El Congreso Nacional Charro, la celebración de la Fenapo 2023, la construcción de diversas obras de infraestructura, son acciones del gobierno estatal que no dejan de salir de la boca del gobernador en sus discursos, porque tanto él como su equipo saben que son su obligación y se trabaja para lograrlas.

Pese a lo anterior, existen muchas otras promesas del gobierno que ya no se mencionan porque, la única explicación a ellas, es que la megalomanía del gobernador las inventó, pero el presupuesto no puede sostenerlas. Por ejemplo, la instalación de un servicio de internet gratuito para toda la capital potosina, la construcción de cinco hospitales de especialidad en todas las regiones del estado o la implementación del programa de tortillas subsidiadas por en la capital potosina.

¿Qué le paso a esas iniciativas?, fueron sepultadas bajo del discurso del gobernador con la esperanza de que, si no se mencionan, nadie se las cobre en las urnas a sus candidatos en el 2024.

Pero la jugada desmemoriada del gobierno no se queda en la esperanza pasiva, sino que también tiene una defensa activa. En ocasiones el gobernador o uno de sus fieles, sale en público y arroja datos imprecisos o flagrantemente falsos para intentar cubrir un fiasco del gobierno estatal.

El mejor ejemplo fue cuando Gallardo Cardona, quien prometió hasta el cansancio que la Arena Potosí estaría lista para la celebración del Congreso Charro, tuvo que desdecirse y salir a medios a recular y aseverar que la Arena nunca fue para el Congreso Charro, que esos eran inventos de sus detractores y que se haría en otro lugar. El gobernador dejó ver que, su peor detractor, es él mismo unos meses antes.

Un caso más reciente, fue la entrevista que ofreció el secretario General de Gobierno, Guadalupe Torres Sánchez este martes 5 de diciembre, en la cual afirmó, sobre el tema de la municipalización de Villa de Pozos que:

“El plebiscito fue realizado con éxito, inclusive se publicó en el Periódico Oficial del Estado la declaratoria de validez de ese ejercicio democrático, se entregó una constancia por parte del Consejo Estatal Electoral y de participación Ciudadana donde se declara la validez de ese plebiscito, es decir, hoy en día la mayoría de la gente con derecho a votar a decidido que Pozos debe de ser municipio y eso ya nadie lo mencionó, eso está firme”.

Esta simple declaración guarda una jiribilla y desinformación dolosa.

¿Cómo atreverse a decir públicamente que el plebiscito para la municipalización de Villa de Pozos fue exitoso si ha sido el segundo con menos participación ciudadana en todo México los últimos 30 años?, ¿por qué mencionar la publicación de los resultados en el POE y la constancia de validez como si fueran requisitos de éxito, si tan solo son procedimientos administrativos simples?, Lo más lesivo, ¿Cómo atreverse a afirmar que “la mayoría de la gente con derecho a votar a decidido que Pozos debe de ser municipio” cuando solo participó el 6.8 por ciento de los 669 mil 525 capitalinos que podían participar en dicho ejercicio?, la mayoría de los participantes dijeron que sí, cierto, pero la gran mayoría de quienes tienen derecho a votar en la capital, lo que expresaron fue desinterés en este proyecto electoral que el gobierno insiste en llamar municipalización.

Esta insistencia en mal interpretar los hechos para imponer sus impresiones es un ejercicio que trasciende la “mentira” y se parece cada vez más al control de la historia.

El gobierno no solo intenta desdecirse, no solo trata de ponerle otros nombres a su fracaso, sino que obliga a que todos crean esa irrealidad. ¿Por qué?, porque la conciencia política activa, aquella que tiene memoria de todos estos tropiezos y estos engaños flagrantes no votaría por el partido del gobernador.

¿Por qué votarías por la marca política de quien prometió hospitales en tu municipio e hizo que te conformaras con una clínica rosa?, ¿por qué votarías por alguien que prometió un nuevo recinto para eventos masivos en la capital potosina y no pudo cumplirle ni a su propio capricho?, ¿por qué votarías por un proyecto político cuyo primer interés fue activar un mecanismo como el de plebiscito para ver si podía fraccionar a la capital potosina y no pudo ni otorgar recursos adecuados para incentivar la participación?

Justo por esos múltiples tropiezos, justo por que saben que cargan detrás de sí compromisos incumplidos y acciones indeseables, es por lo que la Gallardía ha apostado todo a la estrategia del olvido.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestrando en Estudios sobre la Democracia y Procesos Electorales en el posgrado de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha trabajado como reportero y columnista en los medios digitales La Orquesta y Arco Informativo; actualmente es reportero de Astrolabio Diario Digital. Ha sido acreedor de dos premios estatales de periodismo en las categorías de Artículo de Fondo y Periodismo Regional.

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