Por Victoriano Martínez
Si el gobierno actual tiene como pretexto calificar como herencia maldita a todo lo que tenga que ver con situaciones que considera de mala calidad, ruines y miserables que le fueron transferidas como parte de las cargas que debe enfrentar, a más de cinco meses ya es tiempo para identificar la herencia maldita que recibió con beneplácito para replicarla.
Replica la simulación en grado exponencial: promete y miente de manera tan burda, que la paridad de género se volvió invisible, o una presunta reingeniería en recursos humanos es un grotesco pisotear derechos laborales para cumplir compromisos de campaña y contratar a incompetentes incondicionales.
Replica las violaciones a las leyes de Transparencia y de Adquisiciones al mantener en la opacidad la aplicación de recursos públicos en obras superfluas que publicita con la desfachatez de quien se quiere promocionar como un gran gobernante, cuando es plenamente incapaz de resolver temas tan sensibles como la inseguridad que, para colmo, fue el tema de su lema de campaña.
Replica actitudes personales de su antecesor que con indignación denunció porque los funcionarios contaban con escoltas personales y no sólo mantiene ese mismo esquema de seguridad, sino que emite un decreto para crear una guardia pretoriana para cuidar no sólo a quienes ocupan cargos públicos sino a toda la familia del gobernador donde quiera que se encuentre, y hasta a sus visitas.
Replica políticas de opacidad, de nepotismo, de patrimonialismo, de… Vamos, poco más de cinco meses han bastado para que supere el catálogo de su antecesor a tal grado que la mala calidad, lo ruines y lo miserable de sus acciones son una versión más agresiva contra la protección de los derechos de la población.
El día de hoy concluye el registro de aspirantes para la elección del titular de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEEAV).
En julio-agosto de 2020, Jorge Vega Arroyo resultó electo para ese cargo en un manipulado proceso con visos de ilegalidad al haber sido reelecto en el cargo.
Vega Arroyo fue impuesto por el gobernador Juan Manuel Carreras López, a pesar de haber sido señalado por las víctimas como uno de sus principales victimarios al preferir litigar en su contra en lugar de atenderlas, y de diversas recomendaciones de la CNDH y resoluciones judiciales que así lo acreditaron.
Después de poco más de un año de su irregular elección, Vega Arroyo renunció al cargo para incorporarse al gobierno de Ricardo Gallardo Cardona. Una herencia a la que el hoy gobernador le dio acomodo en la posición desde la cual la maldición que representa para las víctimas pudiera tener una continuidad agigantada para avasallar sus derechos.
Sí, Vega Arroyo es hoy el subsecretario de derechos humanos que encabeza el procedimiento para elegir a su sucesor en la CEEAV, donde aún suele despachar por las tardes y donde aún se refieren a él como comisionado presidente, incluido Miguel Ángel García Amaro, encargado del despacho, y a quien pretende dejar como su incondicional sucesor.
La condición de victimario de Vega Arroyo no sólo aparece en recomendaciones de la CNDH y resoluciones de juzgados federales, sino que la propia Contraloría Estatal lo sancionó el pasado mes de septiembre junto con Liliana Lira Ávila y Erika Betzabé Martínez Ledezma, quien presuntamente también se inscribió en el proceso de elección en curso como segunda carta de Vega Arrollo.
Un ejemplo de la forma como Vega Arroyo litigó en contra de las víctimas es el caso del desalojo violento en la comunidad de Noria de José en julio de 2016 en el que, por vía de amparo, la Jueza Octava de Distrito se ordenó a la CEEAV modificar su acuerdo de reparación del daño y cinco meses después de la resolución no ha cumplido y se le requiere con advertencia de sanciones.
Para las víctimas, el control de la CEEAV por parte de Vega Arroyo es obvio y las maniobras para continuar con él resultan muy evidentes.
Colocar a un personaje tan cuestionado por las víctimas como responsable de los derechos humanos de la actual administración da cuenta del poco respeto de Gallardo Cardona para ese sector tan vulnerable y un caso más del cada vez más extenso catálogo de herencias que le causa placer replicar y que lo único que tienen de malditas es la forma en que atentan contra los derechos de la población.
