Claves para un análisis “optimista”

Por Victoriano Martínez

Para el gobernador Juan Manuel Carreras López los problemas en la seguridad pública no se deben necesariamente a que ha aumentado la cantidad de delitos –porque hasta ha disminuido en los prioritarios–, sino a un avance en la cultura de la denuncia, porque hay “más opciones de esa naturaleza y toda una campaña. Hay que analizarlo bien para tener una claridad”.

He aquí algunas claves para ese análisis optimista que sugiere el gobernador, con datos tomados del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (INVIPE) del INEGI:

En 2015, cuando Carreras López inició su sexenio, se denunciaron un total de 21 mil 419 delitos, un promedio de mil 784 delitos al mes. Para 2019, los delitos denunciados fueron 52 mil 288, es decir, 4 mil 357 al mes.

La cifra negra de delitos, los delitos no denunciados en 2015, era del 96.5 por ciento, según el INEGI. San Luis Potosí ocupaba el primer lugar en no denuncia. Si los 52 mil 288 delitos denunciados en 2019 se hubieran denunciado en 2015, la cifra negra habría sido de un 85.44 por ciento. La cultura de la denuncia habría avanzado de un 3.5 por ciento a un 14.66 por ciento.

No obstante, la cifra negra en 2019 fue del 94.7 por ciento. San Luis Potosí ocupa el quinto lugar entre los estados donde menos se denuncia el delito. Un avance en la cultura de la denuncia de un marginal 1.8 por ciento de los delitos cometidos el año pasado.

Las cifras muestran que mientras la cultura de la denuncia avanza a paso de tortuga, la incidencia delictiva lo hace a la velocidad de un guepardo.

Si se trata de la población a la que la ha tocado conocer de la comisión de delitos en su vecindario, el panorama es mucho más preocupante.

De acuerdo con el INEGI, en 2015 –cuando inició el sexenio de Carreras López–, en términos absolutos, 150 mil 825 habitantes del estado tuvieron conocimiento de un homicidio en los alrededores de su vivienda, para 2019 fueron 412 mil 510 habitantes quienes conocieron de un homicidio en el vecindario.

Proporcionalmente, por el crecimiento de la población, esas cifras representan que la población que conoció de homicidios en su vecindario pasó del 18.45 por ciento al 21.26 por ciento.

Otro caso significativo es que en 2015 no aparecían entre las diez conductas delictivas o antisociales reportadas por el INEGI los casos de disparos frecuentes (balaceras) y ahora 577 mil 567 habitante del estado han conocido de tales hechos en su vecindario, un 29.77 por ciento de la población.

El hecho de que cada vez más población tenga conocimiento de la comisión de delitos en su entorno explica por qué la percepción de inseguridad se encuentra al nivel de que ocho de cada diez pobladores se sienta inseguro.

Es muy lamentable, y muy grave, lo ocurrido con el ex presidente del PRI, Aurelio Gancedo, pero se trata de una muestra más de los niveles de inseguridad en el Estado.

Ya el propio Carreras López tenía conocimiento de delitos cometidos en los alrededores del Palacio de Gobierno, como por ejemplo el asalto al Centro Joyero. Hoy la cercanía de un delito tan grave como el homicidio no está en los alrededores, sino dentro del propio partido al que pertenece el gobernador.

Tratar de eludir la gravedad de los problemas de inseguridad por la vía de un mínimo avance en la cultura de la denuncia cuando cada vez más población conoce de delitos más cerca de su entorno no proporciona mayor seguridad ni frena la criminalidad, sino que abre paso a la certeza de que más gente se entera de la presencia de la delincuencia… y de la negligencia de las autoridades.

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