El dramático nacimiento de un bebé en medio de la guerra en Aleppo

 

Siria (23 de agosto de 2016).- Los doctores sostienen de los pies a un bebé boca abajo y golpean con fuerza sus nalgas, desesperados, intentando detectar señales de vida.

El nacimiento es, en el mejor de los casos, una experiencia intensa. Pero este nacimiento por cesárea de emergencia, después de que la madre quedara gravemente herida por una bomba en Aleppo, una ciudad destrozada por la guerra, es algo completamente distinto.

Mayissa acababa de ser víctima de un ataque aéreo en su camino al hospital en la ciudad de Siria bajo ataque, y solo había un puñado de médicos.

"The Architect in Chief" honoree Zaha Hadid attends Glamour Magazine's 22nd annual "Women of the Year Awards" at Carnegie Hall on Monday Nov. 12, 2012 in New York. (Photo by Evan Agostini/Invision/AP)

Ahora en una camilla, con un brazo y una pierna rotas, Mayissa está en estado de shock mientras los médicos —acostumbrados a este tipo de heridas— quitan pedazos de metralla de varios centímetros de largo de su cuerpo.

Cuando médicos sacan al bebé de su abdomen herido, el temor se toma la sala de operaciones. Su bebé está en silencio; blanco como la baldosa.

“¿Está latiendo su corazón?”, pregunta una persona en la habitación.

“No, lo siento,” responde un médico.

Este video extraordinario del nacimiento fue grabado en julio por Waad Al-Kateab y obtenido por ITN / Channel 4 News de Reino Unido. CNN obtuvo el material con permiso de Kateab y la cadena.

El bebé es puesto sobre una sábana verde. Su cordón umbilical lechoso, todavía conectado, es bloqueado con un par de pinzas. Los médicos bombean con cuidado el pecho, con la esperanza de poner a andar el corazón del pequeño.

Ponen lo que parece una pequeña jeringa o cuentagotas en la nariz y la boca del niño, con la esperanza de succionar cualquier líquido que impida su respiración.

Un leve aleteo en su cordón umbilical es la primera señal de vida. Su corazón está trabajando.

Un médico le agarra por los pies y golpea su trasero. Para el espectador parece algo difícil de ver, incluso violento; pero está claro que saben lo que están haciendo.

Color, color humano, fluye lentamente a través del cuerpo del bebé. A medida que es acostado de nuevo, la vida se hace oír: un llanto. Los médicos pueden sonreír.

Fuente: El Diario México.

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