Figuras mexicanas en Rio 2016: Tamara Vega, momento de revancha

 

Ciudad de México (20 de junio de 2016).- A los 23 años Tamara Vega es una experimentada del deporte, con recorrido en Juegos Olímpicos Juveniles, mundiales con límites de edad, medallas panamericanas, podios en Copas del Mundo y, enfrente, su segunda participación olímpica.

Originaria de Chihuahua, Tamara es la mujer a la que le ha tocado abrir brecha en un deporte que ha tenido finalistas olímpicos en la rama varonil, pero con un proceso acelerado llega a Río con el objetivo de terminar entre las 10 mejores, un resultado histórico para el pentatlón mexicano que tiene en el séptimo sitio de Ivar Sisniega (Los Ángeles 1984) su mejor presentación.

Hace cuatro años, en Londres 2012, Tamara Vega cerró la presencia mexicana en Olímpicos con un accidente que la relegó hasta la posición 36. “Cuando me caí del caballo aprendí que la vida te pone muchas pruebas para saber qué tanto deseas algo, hay un momento crucial que decides si te retiras o sigues con tus sueños”, dice en entrevista con Excélsior.

“Quiero estos Juegos Olímpicos y también quiero otro ciclo. Para mí es otra oportunidad de tener el privilegio de representar a México y dar lo mejor de mí”, afirma, ya con dos preseas panamericanas en el cuello. “Mi deporte es longevo, las mejores pentatletas tienen más de 30 años. Todos estos años me han ayudado a ser algo mejor, a aportar algo a mi equipo, y ahora mismo el pentatlón femenil ha crecido muchísimo”, destaca la mexicana.

Tamara Vega sabe lo que dice cuando habla de crecimiento. Se inició en el deporte practicando natación porque su madre trabajaba todo el día, la invitarón al pentatlón y aceptó porque le atrajeron la esgrima y la equitación.

A los 14 años llegó a la Ciudad de México para desarrollar su carrera deportiva, sólo dos años después ya era seleccionada nacional. Era la mejor promeso de su deporte, y cubría la necesidad de tener representantes femeniles en un deporte casi exclusivo de los varones.

“Lo más difícil fue que ese seguimiento tuvo que darse un poco rápido y yo era muy joven, rápidamente me tuve que acostumbrar a competir con personas mayores. Pero bueno, alguien tenía que abrir camino y asumes esa responsabilidad”, dice una joven madura, apasionada del premio nobel alemán Hermann Hesse y su libro Narciso y Golmundo. “Lo mejor es que maduras de una manera más rápida deportivamente hablando, y también como ser humano”, remata.

Tamara Vega fue parte de la generación de juveniles que estuvo en los primeros Juegos Olímpicos de la Juventud de Singapur 2010, un año  más tarde obtuvo su primer gran resultado deportivo: medalla continental y clasificación a sus primeros Juegos Olímpicos. “Los Panamericanos de 2011, cuando califiqué por primera vez a Juegos Olímpicos, me hacen sentir muy orgullosa porque fue la consolidación de un sueño que yo me había propuesto para esos panamericanos en casa”, destaca.

En el último ciclo, Tamara Vega ha consolidado su transición de la categoría juvenil a la absoluta, con podios en Copas del Mundo y con la mira puesta en el 19 de agosto, cuando dispute los Juegos Olímpicos de Río 2016. A unas semanas del gran reto, la mexicana se da tiempo para reiterar el compromiso de un buen resultado para el que el país la ha apoyado en más de 10 años.

“Me motiva que el pentatlón es una herramienta para representar no solo a mi deporte, sino a todas esas personas trabajadoras de México, a la gente que se levanta a las seis de la mañana para llegar a su trabajo”, dice Tamara, que ha vivido concentrada en las instalaciones del CNAR y el Comité Olímpico Mexicano en diferentes etapas de su carrera deportiva.

“Es una manera de agradecer incluso a las señoras que están donde yo entreno y nos cocinan o nos limpian, creo que se necesita algún tipo de alegría y esta es mi manera de dársela a mi país que me ha dado tanto. Intento hacer que los impuestos trabajen porque, aunque sé que muchas veces terminan en bolsillos de otras personas, el dinero que llega a nosotros deportistas trato de trabajarlo de muchas maneras”, dice Tamara, con un agradecimiento inusual entre los deportistas mexicanos. “No hay mucha diferencia entre lo que hago y lo que hace cualquier otro trabajador, es mi chamba y la hago lo mejor posible”, finaliza.

Fuente: Excélsior.

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