Grandes obras y espectáculos, ¿de dónde salen los recursos?

Por Victoriano Martínez

Si algo ha llamado la atención en este casi primer año de arranque de sexenio es la cantidad de obras y gastos en ayudas sociales y espectáculos, cuyas inversiones se anuncian a costos tan elevados que no sólo abren dudas sobre sus asignaciones por la opacidad en la que se dan, sino también sobre el origen de los recursos para financiarlas.

De entrada, que durante el primer trimestre de la nueva administración fueran posible las obras que se comenzaron desde el primer día, como la remodelación del Parque Tangamanga I cuyo costo se elevó a más de 200 millones de pesos, con un presupuesto definido por el gobierno anterior que obvio es que no las contemplaba, ¿con qué partida presupuestal se costearon?

Cuando al finalizar el sexenio de Marcelo de los Santos Fraga se buscaban explicaciones al crédito que por mil 500 millones de pesos solicitó menos de dos meses antes de terminar su sexenio, una posibilidad que se manejó fue que se trataba de la búsqueda de recuperar fondos que se tomaron de otras partidas para las obras suntuosas que realizó, como el Centro de Convenciones.

Durante los sexenios de Fernando Toranzo Fernández y de Juan Manuel Carreras López ese esquema de abrir hoyos para después ver cómo taparlos aparentemente no operó porque tampoco se dio la realización de obras de relumbrón y las que pudieron ser de trascendencia transexenal ni siquiera se realizaron y los recursos sí desaparecieron. Dixit Red Metro.

El sexenio de Ricardo Gallardo Cardona comienza a parecerse, desde el primer año, al que se caracterizó por la consiga “se va a gastar lo que se tenga que gastar” con tal de proyectarse como un gobierno de grandes obras… y ahora también de muchos, muchísimos apoyos sociales y más ferias y espectáculos que nunca.

Necesariamente para lograrlo lo más lógico es que se tenga que echar mano de recursos de otras partidas que después se verá cómo se cubrirán pero que, como dice el refrán popular, lo bailado (casi literal) ya nadie lo quita.

Un indicio de esta actitud lo revelaron los maestros de telesecundaria cuando en octubre les regatearon el pago de su bono de rezonificación (Bono RZ) porque esos recursos los destinaron a financiar las actividades del Xantolo en tu Ciudad y, para reponerlo, la Secretaría de Finanzas se vio obligada a recolectar recursos de urgencia de todas las dependencias.

Otra alternativa para financiar tantas obras es endosarles a los proveedores el costo, es decir, aplazar lo más posible el pago por sus servicios. Los montos involucrados en las obras y el aumento en los adeudos con los proveedores dan indicios de que esa haya sido parte de la forma de financiar la remodelación del Tangamanga I, reconstruir parte del Periférico o aumentar las ayudas.

Septiembre del año pasado cerró con una deuda del gobierno estatal con los proveedores de 236 millones 903 mil pesos. En los primeros tres meses del actual gobierno aumentó a 589 millones 202 mil pesos.

Durante esos primeros tres meses del sexenio se le dejó de pagar a los proveedores 352 millones 299 mil pesos, que representan una cantidad importante como para financiar las primeras grandes obras y acciones, incluida la accidentada Villa Navideña.

Un hoyo que a partir de este año aparentemente se comenzó a tapar, pero que no se ha logrado, porque para marzo los adeudos con proveedores se redujeron a 560 millones 766 mil pesos, pero para junio han vuelto a subir hasta 584 millones 563 mil pesos.

Un hoyo del que aparentemente pretenden no dejar completamente la huella porque a partir de esta administración estatal ya no se reporta el saldo cada mes, sino cada trimestre. No sea que mostrar los incrementos mensuales pueda indicar más o menos a qué obra, espectáculo o dádiva se le dio preferencia por encima de los proveedores.

Se trata de un aspecto de la vocación de opacidad del sexenio que se suma al ocultamiento de las asignaciones de obras y adquisiciones y que, como en este caso, amplía el espectro de la información que el gobierno gallardista le debe a la población, para que se tenga claro qué aspectos sacrifica para privilegiar los actos de lucimiento que son de su interés.

Resulta significativo que el mayor adeudo con un proveedor tenga que ver con el pago de servicios médicos: 40 millones 404 mil 613.25 pesos a Investigaciones Médicas del Potosí, S.A. de C.V., con corte al 30 de junio.

Más significativo aún resulta que entre los mayores adeudos se encuentren al menos ocho empresas relacionadas con servicios y seguros médicos con las que se acumulan adeudos por 105 millones 400 mil 287.95 pesos. Prácticamente la quinta parte (18.03 por ciento) de los adeudos con 764 proveedores.

¿Hasta dónde tantas obras, espectáculos y dádivas son financiados por recursos que eran mal utilizados en los dos sexenios anteriores y/o hasta dónde se trata de agujeros abiertos en otras partidas con la intención de reponerlos después (como en el caso del Xantolo)?

El gobierno estatal no sólo presenta un déficit en la transparencia en la asignación de obras y adquisiciones, sino también en el origen de los recursos cuya opacidad podría resultar en la generación de sorpresivos endeudamientos.

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