Abelardo Medellín Pérez
Las buenas intenciones y la maquinación correcta para concretarlas, son dos momentos del ejercicio de gobierno que no han ocurrido en la medida que lo ha prometido (y pretendido) el gobernador potosino Ricardo Gallardo Cardona.
Buenas intenciones, las hay. Son muchas. En este gobierno se busca dar apoyos sociales, construir magnas obras, crear nuevos cuerpos de seguridad, perseguir la corrupción, ofrecer incluso espectáculos para las masas; pero, en este gobierno también, los apoyos se entregan de forma clientelar (para quien sea que ocupe un asiento en los eventos propagandísticos de gobierno), se oculta la información sobre las obras emblema, se desconoce cómo se equiparon las nuevas fuerzas de seguridad, las corruptelas de ayer se pagan con descuento y el montar espectáculos populares le pasa factura a las arcas de otras dependencias.
El diagnóstico es: sí, tenemos un ejercicio de gobierno bien intencionado, pero dolosamente mal ejecutado.
Dolosamente, porque todo se quiere rápido, pronto, listo para las fotografías, listo para recibir gente y, ante todo, montado como un show. Un show grande, ¡el más grande!, ¡el primero en México!, no importa si es algo tan nimio como lo que obligadamente deben hacer, porque antes de hacerse bien, debe poder presumirse.
Sin embargo, incluso en aquello que no es tan vistoso y atractivo para el ojo ciudadano, el gobierno muestra su nula efectividad cuando se trata de cosas trascedentes.
El pasado lunes, el gobernador del Estado comentó dos cosas: la primera, es que su iniciativa de ley del “Nuevo Plan de San Luis” está “atorada” al interior del Congreso del Estado; la segunda, que su administración presentará una “iniciativa Verde” a través de la cual plantearán reformas específicas en temas ambientales.
El tema del Nuevo Plan de San Luis reluce por sospechoso. No porque la iniciativa sea sospechosa o su paso por el congreso sea cuestionable, sino porque el gobernador parece olvidar que, antes de que dicha iniciativa estuviera “atorada” en el congreso, estuvo atorada en su propia oficina.
El gobernador Ricardo Gallardo anunció su propuesta de elevar a rango constitucional local los programas de apoyos sociales que ha implementado su gobierno (iniciativa que nombró como Nuevo Plan de San Luis) el 9 de noviembre del 2021 a través de una transmisión vía Facebook; pero dicha propuesta, no llegó al congreso del estado hasta el 23 de septiembre del 2022, por lo que le tomó más de 300 días entre que la anunció y que la presentó. Parece que, en comparación, quien le ha tenido atorada más tiempo, ha sido el ejecutivo.
¿Y al menos valió la pena esperar 321 días para esa iniciativa que blinda los programas sociales contra intentos de aprovechamiento electoral? Pues si uno se da la vuelta y revisa la iniciativa, pareciera ser más paja que argumento, sobre todo en aquellas fojas donde la autoridad estatal decidió copiar y pegar frases completas de personajes como Francisco I. Madero para ocupar casi por completo una página.
Todo en aras de ejemplificar la necesidad de atender el “hartazgo social”, un problema tan popular en el vocabulario político-potosino, que ha suplido a los anticuados y ya casi olvidados índices técnicos de pobreza y pobreza alimentaria con que antes se abordaban las políticas públicas.
¿Ven que hay un problema en el cómo se hace?
Luego está el elefante verde en la habitación; la propuesta de iniciativa Verde. Que plantea sancionar a quien maltrate animales, regular tiraderos de basura, retirar a todas las ladrilleras; es decir un refrito, un ambiguo y un complicado.
¿Será que el gobernador pasó por alto que el 24 de febrero de este año el Congreso del Estado ya le aprobó la reforma al artículo 317 en sus fracciones I a IV del Código Penal del Estado de San Luis Potosí, para incrementar la pena a dos años de prisión a quien maltrate animales domésticos y hasta cinco años a quien mate a un animal de compañía?, ¿necesitamos más propuestas contra el abuso animal o es que no sabemos cómo más abusar de las propuestas animales?
Respecto a la regulación en disposición de residuos y la de eliminar las ladrilleras en la capital potosina, ni hablemos, porque estas parecen tener esa enfermedad congénita de las políticas públicas bien intencionadas del gobierno: fueron concebidas sin pies ni cabeza.
Y curiosamente, igual que la propuesta Nuevo Plan de San Luis, esta iniciativa es anunciada justo en noviembre, en vísperas de Feria Navideña y más partidos de la selección proyectados en plaza pública; ¿acaso esta idea también nació para ser elaborada tarde?
El gobernador, en entrevista este martes 29 de noviembre, afirmó que no. Que la propuesta se está trabajando con ambientalistas y se han sumado todas las voces, pero solo hasta que se presente podremos saber si realmente recibió atención o si fue otra buena idea con deficiente aplicación.
Por ahora tendremos que continuar escépticos ante esta iniciativa verde, dado que no hemos escuchado nada referente a los problemas de desecación en la zona Huasteca, la reparación de suelo en las zonas colindantes a las mineras o la necesaria intervención de los terrenos del “grasero” en Matehuala que ha provocado altos niveles de arsénico en el agua.
Muy poco probable es que el gobierno emprenda el cambio necesario para comenzar a hacer bien las cosas, sobre todo porque esto no sería un golpe de timón, sino un cambio de barco. Abandonar el S.S. MI DICHO ES PRIMERO y capitanear en cambio el GALEÓN AQUÍ NADIE ES PATRÓN.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestrando en Estudios sobre la Democracia y Procesos Electorales en el posgrado de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha trabajado como reportero y columnista en los medios digitales La Orquesta y Arco Informativo; actualmente es reportero de Astrolabio Diario Digital. Ha sido acreedor de dos premios estatales de periodismo en las categorías de Artículo de Fondo y Periodismo Regional.