Miedos. Todos los tenemos y que habiten en nuestra mente es algo normal, porque forman parte de nuestro legado, de nuestra esencia como una humanidad que ha tenido que hacer frente a múltiples peligros desde nuestro pasado más remoto.
Un miedo, al fin y al cabo, no es más que un enemigo del que aprender y al cual hacer frente. Para ello, nuestro afinado cerebro dispone de valiosas estructuras y neurotransmisores que nos ponen en alerta, y que nos obligan o bien a “escapar” o bien “a hacer frente al enemigo”.
Hay miedos aprendidos, inculcados en nuestra infancia por diversos sucesos experimentados, otros, están alojados en nuestro cerebro más profundo sin saber muy bien por qué. ¿Qué origina las fobias?
¿Qué hace que temamos a las arañas o a la oscuridad desde que tenemos uso de razón? Preguntas que la psicología y la medicina siempre intenta responder.
Ahora bien, según un estudio publicado en la revista “Psychology Today” y llevado a cabo por el doctor Karl Alberch, las personas sufrimos por término medio, un angustiante temor a estos 5 aspectos.
¿Te gustaría saber cuáles son? Te lo explicamos.
Miedo a morir.
Es una obviedad, ¿no es así? Desde luego, no obstante el miedo a morir implica que nos preocupemos por vivir, que temamos el riesgo que no tiene justificación y que desarrollemos estrategias de autoprotección para nosotros, y por supuesto, para las personas que nos son significativas.
Así que ahora dinos… ¿Cuántas veces has soñado que estabas en peligro y que llegabas a morir en el propio sueño? Es un dato curioso y que demostraría, en cierto modo, que estamos viviendo un momento vital con un alto nivel de estrés y ansiedad.
Miedo a perder la autonomía.
Con el temor a perder la autonomía personal no estamos hablando sólo de la clásica inquietud a perder la movilidad, o a no poder valernos por nosotros mismos. Hablamos también al terror a ser sometidos, controlados o maltratados.
El temor a la oscuridad, a estar encerrados, o a que alguien nos domine entra dentro de este miedo. Y aún más, según un este estudio aquí entraría también “el miedo al compromiso”. ¿Por qué? Porque perdemos parte de nuestra libertad, y es algo a lo que muchas personas no están dispuestas a renunciar. Les produce angustia.
Miedo a ser mutilados.
Este aspecto es muy curioso. En el trabajo llevado a cabo por el doctor Alberch una gran parte de la muestra estudiada reveló su pánico a ser mutilado. A perder algún miembro o la funcionalidad de un órgano.
Esto, tendría que ver mucho con el temor a perder la salud y nuestra fortaleza.
Miedo a quedarnos solos.
La soledad se ve a menudo como esa inquietud interna a la que muchos no acaban de acostumbrarse. Sabemos que la soledad tiene su parte positiva, nos permite estar con nosotros mismos, con nuestra esencia, con nuestros pensamientos.
No obstante, pensar en un futuro donde todas las horas del día las pasamos en completa soledad y aislamiento, se alza como una auténtica pesadilla.
Miedo a que se vulnere nuestro ego.
Esta dimensión está relacionada con nuestra integridad emocional, y aunque a simple vista no nos parezca un miedo directo o muy aterrador, debemos tener en cuenta que abarca realidades que pueden ser muy destructivas.
- Miedo a que se ataque a nuestra autoestima.
- Miedo a ser humillado.
- A ser criticado, manipulado, engañado.
- Miedo a ser rechazado a que se ataque nuestro ego.
- Miedo a hacer el ridículo.
- Miedo a que otras personas se formen ideas equívocas de nuestra forma de ser.
¿Has sentido alguno de estos miedos?
