Abelardo Medellín
El ciclo de Reflexiones: a 20 años de la Transparencia que realiza esta semana la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública (CEGAIP) de San Luis Potosí, es un festejo a los comisionados y sujetos obligados, pero no para la ciudadanía, afirmó Jesús Piña Fraga, profesor jubilado, solicitante de información más frecuente y de mayor antigüedad en la capital potosina.
Al respecto, Piña Fraga habló sobre las omisiones y pendientes que tiene la CEGAIP con la sociedad potosina y que no permiten reconocer un trabajo bien hecho en el quehacer del organismo autónomo.
“Tengo años desde que comenzó esto, desde el 2002, y tengo en esto toda una vida (…) no existe la transparencia como tal, la información, los recursos de revisión, los recursos de inconformidad del INAI, no funcionan. Se lo dije a la comisionada Julieta del Río Venegas, le dije que sus mismas resoluciones no están ni firmadas”, comentó el profesor.
Además, explicó que estos días ha asistido al “festejo” que ha organizado la CEGAIP del 26 al 30 de junio, y en el cual ha interpelado a los comisionados que presumen de los logros de este organismo.
Piña Fraga comentó que en una de las primeras jornadas de reflexiones, decidió cuestionar al abogado José Mario de la Garza sobre el hecho de que algunas resoluciones del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) no presenten la firma de quienes la emiten.
“Nada más decía que sí, pero tampoco dijo nada más”, comentó el profesor.
Durante la charla sobre el trabajo que ha realizado en estos 20 años la CEGAIP, Piña Fraga recordó que la comisión ha pasado por alto violaciones tan graves como aquellas que vulneran la protección de datos personales.
Recordó que desde que inició la actual administración estatal de Ricardo Gallardo Cardona, en las instalaciones de la Secretaría de Educación de Gobierno del Estado (SEGE) se instaló un dispositivo que consta de torniquetes y una caseta de seguridad, que solo permitía el tránsito libre a los maestros, pero exigía una credencial de elector a cualquier otro visitante a cambio de darles el paso.
“La credencial de elector tiene muchísimos datos personales, no deberían quitarla, pero por los pantalones y las faldas de la directora de administración lo hicieron, les valió gorro, porque no conocen las leyes de transparencia, porque no conocen las leyes de datos personales en posición de sujetos obligados o en posición de particulares, y entonces esa empresa privada que ellos contrataron para cuidar ahí las instalaciones de la SEGE, le valió gorro y nos quitaban la credencial para poder entrar”, dijo.
Piña Fraga narró que en una ocasión el dispositivo de seguridad privado de la SEGE perdió la credencial que él como visitante entregó y tiempo después de que se les extravió, se enteró que la Secretaría retuvo su credencial para tomar los datos de su domicilio y hostigarlo.
Según el profesor, este caso personal muestra el desconocimiento general de las normativas que protegen los datos personales, misma que debería ser promocionada y vigilada en su aplicación por la CEGAIP.
Adicionalmente, Piña Fraga comentó que hay una enorme omisión en lo que refiere a lo que los sujetos obligados deben publicar en la Plataforma Estatal de Transparencia.
Como ejemplo, mencionó que recientemente ha tenido problemas para identificar el proceso que siguió para conocer los pagos que ha recibido una funcionaria del Sistema Educativo Estatal Regular (SEER), quien llegó de forma anormal al cargo y de la cual no se conoce el sueldo.
“Aquí cada quien hace lo que quieres, pero para eso hay un procedimiento. Hay lineamientos, hay normas para poder hacer eso y luego también darle vista al Órgano Interno de Control”, dijo sobre el caso.
El profesor mencionó como sorpresivo que, a la fecha, la CEGAIP sea reconocida por el INAI como el organismo estatal con la mejor plataforma de transparencia, cuando los sujetos obligados no cumplen con las publicaciones que les ordena la ley.
Además, afirmó que muchas de estas omisiones ocurren como una afectación inadvertida, porque no hay una mayoría ciudadana que se tome el tiempo de revisar lo que publican los sujetos obligados.
“Tengo 74 años. Estoy jubilado, entonces tengo tiempo para todo esto y además me ha gustado. Tengo más de 23 años en esto de la transparencia. Cuando todavía ni siquiera había leyes de transparencia, inicié porque corrieron a una niña mía de un jardín de niños y yo no les quise pagar la colegiatura, hasta que no me informaran que habían hecho con mi dinero un año anterior así comencé yo con esto”, finalizó.
