Si a percepciones vamos…

Por Victoriano Martínez

Si a percepciones sobre la inseguridad vamos, más vale que la población comience a ponerle atención al cuasi motivador profesional Enrique Galindo Ceballos para aprender a dejar de ponerle tanta atención a las acciones de la delincuencia mayor y más grave y, por lo menos, no permitir que le provoque temor.

De mucha ayuda servirá el potencial nuevo indicador de índice de eliminación de delincuentes como dato para una tranquilizadora lectura del alto número de homicidios, en el que no es lo mismo que un ser humano muera ejecutado por un grupo del crimen organizado a otro que muera abatido por las corporaciones policíacas.

El vocero de seguridad, Miguel Gallegos Cepeda, pudo ser mucho más tranquilizador si hubiera especificado cuántas de las 475 víctimas de homicidio doloso que van en el sexenio corresponden a ejecuciones criminales y cuántas fueron casos de delincuentes abatidos.

Imagine unas cifras hipotéticas: de las 475 víctimas de homicidios dolosos 47, que representan casi el 10 por ciento, fueron criminales abatidos. De entrada, el dato podría servir para corregir un poco la distorsión en la percepción sobre la que alerta Galindo Ceballos. Tendríamos que ser razonables: “es cierto, le tengo que bajar un diez por ciento a mi miedo”.

Si tiene la mala fortuna, como la víctima colateral en la balacera de avenida Salk y Periférico hace una semana, de pasar cerca de una balacera en desarrollo, deberá bastar con que verifique si participan corporaciones de seguridad en el enfrentamiento para sentirse aliviado. Es un operativo más para mejorar el índice de eliminación de delincuentes, las balas no tienen por qué alcanzarlo.

Lo primero que hay que preguntar ahora –si en las cercanías de su domicilio, su trabajo o el trayecto que usted recorra– se informa de una balacera es si una de las partes son policías o soldados, porque si es sólo entre delincuentes tiene más razón para asustarse, aunque en tal caso no debe olvidar que en el resto de la ciudad en ese momento no hay enfrentamientos.

Si aún así no logra corregir la distorsión que tiene para sentirse inseguro, infórmese sobre los planes concretos del alcalde para que la percepción de inseguridad por parte de la ciudadanía vaya a la baja en la capital potosina, si es que la propaganda al respecto no lo ha alcanzado.

Trate de evitar pensar que Galindo Ceballos está más preocupado porque usted se perciba seguro que por prevenir la comisión de actos delictivos, especialmente los de la delincuencia mayor y más grave, porque eso lo dejaría predispuesto a desaprovechar las ventajas del índice de delincuentes abatidos y a poner en duda la propaganda que parece estar en puerta.

Es más, le puede ayudar voltear a ver a los inversionistas para sentirse confiado. Si el clima de inseguridad no afecta la intención de las empresas foráneas de invertir en San Luis Potosí, es porque la situación, con una percepción de la inseguridad cuya distorsión está corregida por los fines propios del negocio, aún no es grave.

Quizá en los planes de Galindo Ceballos, para el caso de las mujeres, contemple alguna estrategia especial, dado que su percepción de inseguridad es un 19.32 por ciento mayor que la de los hombres. El 88.3 por ciento de las mujeres se siente insegura, contra el 74 por ciento de los hombres.

Quizá esa diferencia sea porque, de acuerdo con las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en junio se reportaron 3 de los 8 feminicidios que han ocurrido en el año. Una “pequeña” variable que distorsiona la percepción entre ellas, sobre la que Galindo Ceballos seguro ya tiene una estrategia para corregir.

Si a percepciones vamos, es posible imaginar una reunión entre Galindo Ceballos y Gallegos Cepeda para definir una estrategia para que las balaceras y ejecuciones ya no infundan miedo… y no para que dejen de ser tan frecuentes.

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