Teorema de incompletitud de Gödel

Frater Ignatius

Todo mundo intuimos que la matemática y más concretamente la aritmética posee un grado de verdad y con ello de verificabilidad absolutamente incontrovertible. Pensamos que todo el edificio de tan precisa disciplina es un monolito sin fisuras, totalmente confiable y casi como una piedra filosofal infalible. Nada más lejos de la realidad. Entra en escena el gran matemático y un lógico sin par. Amigo y confidente de Albert Einstein, era una de las pocas personas que podía hablar de tú a tú con el creador de la teoría de la relatividad. El teorema en cuestión afecta áreas tan importantes como la informática, la economía, la física o la filosofía de la matemática. 

El teorema de Gödel se publicó en 1931 y tuvo un efecto demoledor entre lógicos, matemáticos y filósofos porque implica que en todo sistema matemático rigurosamente lógico existen cuestiones que no pueden probarse ni refutarse a partir de los axiomas básicos de dicho sistema. Por lo tanto, axiomas básicos como los de la aritmética, pueden dar lugar a contradicciones, como es el caso de los axiomas de Peano, aunque esto parezca increíble. Las matemáticas bajo esta óptica aunque sean útiles y gocen de una fama de formalidad total, son incompletas en cierto sentido. En nuestros tiempos todavía se debaten este tipo de cuestiones y dan pie a acaloradas discusiones en torno a la estructura, formalidad, consistencia e impermeabilidad de las matemáticas. El teorema de Gödel pone punto y final a siglos de intentos por establecer axiomas que brinden una base rigurosa a todas las matemáticas en su conjunto.

Gödel a partir de los cuatro años ya padecía de su salud a tal grado que siempre creyó estar enfermo del corazón y desarrollo hipocondría y delirios de persecución. Era un insaciable preguntón a tal grado que le pusieron el mote de Herr Warum que en alemán significa el Sr. Por qué, debido a su extrema curiosidad por diferentes campos de la ciencia y de la vida. 

Inspirado en la obra de Bertrand Russell le llevó a la lógica matemática. Ese fue el hilo conductor de su existencia. 

Es una vida llena de inconsistencias y contradicciones. Es ahí en donde uno se pregunta por la propia integridad de la vida psíquica. Un hombre de una mente tan extraordinaria preso de la paranoia y de la idea de que lo envenenaran en cualquier momento. No comía a menos que su esposa le preparara sus alimentos. Cuando Adele enfermó y no pudo prepararle la comida, Gödel negándose a comer, murió de inanición a la edad de 71 años. 

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