Todo el cinismo del mundo

Abelardo Medellín Pérez

Lo único transparente, claro y plenamente público en el sexenio de Ricardo Gallardo Cardona, es el cinismo que derrocha cada que habla de sus intereses.

La forma en que el gobernador ha destapado candidateables del Partido Verde Ecologista de México durante los último seis meses no sorprende; en México tenemos la ilusión de que el dedazo a candidatos es una tradición del PRI, pero no, esa es una idea comodina y arcaica que se cuentan las víctimas de un sistema político que ya no existe para seguirle reclamando cosas a la única gente que conocen.

No. El dedazo no es un vicio con sello partidista, es un signo de gobiernos autoritarios y sin mecanismos que los regulen adecuadamente.

Ya a nadie sorprende que el gobernador vea un potencial candidato en Juan Carlos Valladares Eichelmann, o en Juan Manuel Navarro Muñiz, o en Ignacio Segura Morquecho; todos estos son perfiles que, por su sumisión o ventaja estratégica, convienen para manejar y explotar municipios específicos.

Lo sorpresivo fue escuchar al gobernador este miércoles 4 de octubre decir que los delegados de la Secretaría de Desarrollo Económico y Regional (Sedesore) deberían y “merecen” ser candidatos a algún cargo en 2024.

“Tenemos delegados de Sedesore que han trabajado muy fuerte los municipios y que en las encuestas están hasta arriba, no hay quien les gane a los delegados de Sedesore que se la pasaron dos años en la calle, casa por casa, entregando programas, viendo gente, que hicieron su chamba y yo creo que se lo merecen y es justo”, dijo el jefe del ejecutivo.

Nadie niega la popularidad de sujetos activos políticamente que se han dedicado a diseminar los programas clientelares del gobierno; pero justo en esto estriba el problema, en que son populares solo por las cosas que regalan, no por la confianza o compromiso que proyectan.

Desde que el gobierno estatal comenzó a promocionar sus programas, el gobernador dijo que, por una reforma constitucional, su orden expresa y el compromiso de sus delegados, era imposible que estos programas se prestarán para aprovecharse como beneficios electorales.

Y ahora, como si los delegados fueron ignorantes y no se hubieran dado cuenta, el gobernador les informa que deben convertirse en candidatos y resalta su popularidad.

Lo que el gobernador pasa por alto, o simplemente no le interesa, es que poner a delegados de la Sedesore como candidatos quizá le convenga a él, pero no le conviene a nadie más. A nadie.

No le conviene al partido. A la larga, la gente se dará cuenta que el PVEM en realidad oferta sus candidaturas a personas cuyo único mérito es bajar recursos del gobierno del estado, pero que no ha demostrado que puede administrarlos o aplicarlos más allá de la repartición de despensas. Peor aún: el partido ofertará las candidaturas y será el gobernador quien las compre.

No le conviene a los candidatos. Ejemplos como el de Matehuala en 2021, demuestran que tener dinero y ganas de regalarlo, no asegura que tu candidato será competitivo. El gobernador enviará a sus delegados a pedir el voto, pero si un candidato más competitivo se les pone en frente o los candidatos del Verde tienen cola que pisar, lo único que pasara es que el gobierno, sí el gobierno, habrá pagado una cara campaña fracasada.

Sobre todo, no le conviene a la gente y sus municipios. Cuando el único mérito que tienes es serle fiel y deberle tu cargo al gobernador, tu municipio se convierte en botín que pagará la deuda política que acabas de adquirir con la Gallardía. Las únicas políticas públicas que se aplicarán serán aquellas acordes al proyecto del gobierno estatal y si este no contemplaba, el alcalde (más mascota que mandatario) terminará por echar a su ciudadanía por enfrente y preferir la crisis antes que alzarle la voz al ejecutivo. No decimos que entrar en conflicto sea una obligación para los alcaldes, pero es una posibilidad, y ante ello deben poder ponerse exigentes.

Desde hace dos años sabemos de cierto que el gobierno buscaba convertir a las delegaciones de la Sedesore y sus programas sociales en semilleros para futuros candidatos; en octubre de 2021, recién tomada la administración, Gallardo Cardona empató la estructura de los programas sociales de la Sedesore y el DIF con la cartografía electoral. Lo anterior significaba que ahora todos los beneficios clientelares estaban perfectamente cuadrados con los intereses electorales.

Ahora, a unos cuentos meses de iniciar el proceso electoral, el gobernador hace pública sus pretensiones de explotar los programas sociales y las estructuras que ha construido en los distritos para colocar candidatos que tengan todo en su poder para coaccionar el voto de la ciudadanía.

Imponer una política paternalista que obligue a los grupos vulnerables de la sociedad a depender del gobierno y luego obligarlos a votar por candidatos que convertirán los municipios en la caja chica del Estado, no esa movida rara para un gobierno que se dirige con intereses personales, ni siquiera es una sorpresa, era de esperarse en una persona que cree que la historia política del estado le debe algo a su familia; lo lamentable e intolerable, es saber que quien nos gobierna, se reviste con todo el cinismo del mundo para aceptar lo que ha hecho y saber que nadie hará algo al respecto.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestrando en Estudios sobre la Democracia y Procesos Electorales en el posgrado de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha trabajado como reportero y columnista en los medios digitales La Orquesta y Arco Informativo; actualmente es reportero de Astrolabio Diario Digital. Ha sido acreedor de dos premios estatales de periodismo en las categorías de Artículo de Fondo y Periodismo Regional.

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