Transparencia en decadencia

Por Victoriano Martínez

Quizá la pandemia haya tenido un efecto negativo en el nivel de respuestas a solicitudes de información en la administración pública estatal, pero, de acuerdo con las estadísticas que la semana pasada liberó la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública (CEGAIP), el cambio de gobierno ha acrecentado aún más la opacidad.

La CEGAIP incorporó en su sitio Web un apartado que denomina “Almanaque de estadísticas por sujeto obligado” en el que se proporciona los datos sobre el porcentaje de cumplimiento de las obligaciones de transparencia (información que se debe publicar de oficio), así como el número de solicitudes de información y sus respuestas de los últimos seis años.

Publica además estadísticas sobre los recursos de revisión interpuestos, las denuncias por incumplimientos en la publicación de información pública, entre otros datos, con opción a consultarlos de manera global por tipo de sujeto obligado, o por cada uno de éstos en lo particular.

Se trata de una buena ventana para conocer la tendencia que sigue la atención al tema de transparencia por todos los entes públicos que, al menos con estadísticas, lamentablemente permite reconocer la forma en que se atenta contra el derecho de acceso a la información pública tanto por la simulación de un exceso, como por omisiones muy concretas.

La Plataforma Estatal de Transparencia (PET) se ha convertido en un instrumento de simulación de un alto grado de cumplimiento en la difusión de oficio de información pública al haber generado un esquema en el que cada mes se acumulan archivos Excel que presuntamente contienen los datos que señala el catálogo del Título Cuarto de la Ley, denominado “Obligaciones de Transparencia”.

De entrada, de acuerdo con los datos publicados en la nueva sección del sitio Web de la CEGAIP, las 259 entidades públicas incluidas en el Padrón de sujetos obligados para el ejercicio 2022 publicado en el Periódico Oficial del Estado el pasado 13 de mayo, deben incorporar a la PET un total de 22 mil 518 formatos con información pública.

Se trata de una cifra que da la impresión de que es muchísima la información pública a la que cualquier persona puede acceder desde la PET.

No obstante, un muy alto porcentaje de esos formatos pueden ser calificados como basura, por tratarse de un engaño que la CEGAIP reconoce, pero ante el que no toma ninguna medida: al terminar el recorrido para finalmente abrir el archivo Excel con la información buscada, el usuario se encuentra con la frustrante leyenda “no se genera”.

Esas tres palabras, “no se genera”, se han convertido en la mejor trinchera para que las dependencias públicas oculten información porque, aunque la frase –y sus variantes– sea falsa, la CEGAIP contabiliza esos engañosos formatos como válidos para el cumplimiento cuantitativo, en tanto que la valoración cualitativa no opera desde hace años.

Si se subieran los 22 mil 518 formatos contemplados cada mes, esa opacidad quedaría muy bien disimulada.

Pero resulta que a esa falta hay que agregarle que la tendencia en los primeros siete meses de este año es a publicar cada vez menos formatos. En enero se publicaron 17 mil 527 y para el mes de julio 16 mil 523, un incumplimiento que pasó del 22.16 por ciento al 26.72 por ciento.

La sombra de la opacidad no sólo afecta a la información pública que debe difundirse de oficio, sino que su avance también es notorio en la falta de atención a solicitudes de información que en los últimos años tenía una tendencia creciente a dejar de responder que se disparó en 2020 con la pandemia, parecía corregirse en 2021, pero se disparó aún más este año.

La falta de respuestas a las solicitudes de información pasó de ser del 15.11 por ciento de las solicitudes presentadas en 2018, al 19.5 por ciento de las que se han presentado este año.

Así como se puede observar el panorama general de la transparencia en el “Almanaque de estadísticas por sujeto obligado” puesto a disposición pública por la CEGAIP, se pueden filtrar y extraer los datos con más detalle por tipo de sujeto obligado y hasta por sujeto obligado específico.

Una buena herramienta para tener un diagnóstico puntual sobre el cumplimiento de la Ley de Transparencia que no tendría que quedarse en esa exposición pública que cada usuario entre toda la población pueda aprovechar a partir de consultar ese apartado.

Lo que ahora se puede esperar es que finalmente los tres comisionados que integran en pleno de la CEGAIP demuestren que saben usar un instrumento como este, que siempre ha estado a su disposición como parte de la PET y hasta ahora hacen público, y que finalmente se asumirán como garantes de la transparencia y tomen las medidas pertinentes para frenar la opacidad.

No hacerlo y mantenerse en la inercia que los ha ubicado como cómplices de la opacidad en los últimos años volverá este instrumento como una herramienta muy útil para que la sociedad no sólo se dé cuenta de la forma en que aumenta la opacidad, sino que cuente con datos precisos sobre la manera en que la propia CEGAIP contribuye a esa tendencia.

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