Por Victoriano Martínez
Cientos de atletas recorrieron la frontera entre la depredación inmobiliaria que arrasó con el territorio de la comunidad de San Marcos Carmona y la resistencia al acoso de los empresarios fraccionadores que pretenden los terrenos del ejido Guadalupe Victoria y su anexo La Cruz, en la “Primera Carrera Boing, al Desierto por la Sierra de San Miguelito”.
Se trató de un evento deportivo con el que los Guardianes de la Sierra de San Miguelito reinician actividades no sólo para visibilizar la importancia de la protección y defensa del Área Natural Protegida, sino para lograr su restauración en las zonas que así lo requieren.
La Primer Carrera Boing estuvo organizada por, además de los Guardianes, los representantes de la Cooperativa Pascual Boing y los ejidatarios de Guadalupe Victoria, quienes se encargaron de dar un toque emotivo a la competencia al acompañar a los corredores en distintos puntos y darles una recepción en la meta que los participantes no esperaban.
A diferencia de otras carreras en las que su esfuerzo resulta individual y con poco reconocimiento, según testimoniaron algunos corredores, les sorprendió la expectativa con la que los ejidatarios y habitantes de las comunidades los esperaron en el Santuario del Desierto y el entusiasmo con el que les aplaudían al verlos llegar.
La carrera se convirtió en un espacio de convivencia en el que participaron activistas ecológicos, cooperativistas de Pascual Boing, Guardias Rurales que contribuyeron voluntariamente a la logística y seguridad del evento y, sobre todo, los pobladores del ejido y comunidades vecinas.
Una convivencia que sólo ha tenido como antecedente las jornadas de reforestación realizadas durante 2024, entre las que una de las más significativas fue la quinta, el 29 de septiembre, cuando más de 200 brigadistas reforestaron un amplio espacio devastado delimitado por muros de desarrollos residenciales que amenazan expandirse.
Este domingo, la Primer Carrera Boing recorrió esos límites por donde los corredores podían ver de un lado el avance amenazante de una urbanización depredadora y del otro el paisaje natural donde sus habitantes han mantenido una lucha constante y en alerta para no ser avasallados por los barones del concreto.
El ejido Guadalupe Victoria y su anexo La Cruz cuentan con mil 750 hectáreas de la zona núcleo de la ANP Sierra de San Miguelito y con mil 540 hectáreas del área de amortiguamiento, todas ellas territorio muy codiciado por el sector inmobiliario.
Además de representar parte de las reivindicaciones en defensa del territorio, la protección del medio ambiente y el cuidado del agua, la carrera atlética se inscribe en acciones que contrastan con las infames acusaciones del gobernador Ricardo Gallardo Cardona contra los Guardianes de la Sierra por el apoyo que dieron a los ejidatarios de Corcovada.
Si bien en esta carrera destaca la movilización coordinada de autoridades federales, ejidatarios, comuneros y activistas ambientales, el patrocinio y acompañamiento de la Cooperativa Pascual Boing resulta significativo por lo que representa como una tiene una empresa de propiedad colectiva con una tradición de lucha social desde hace 40 años.
La Primera Carrera Boing, como toda competencia, otorgó premios a los participantes en cuatro categorías, pero la hizo diferente lo significativo del recorrido en la frontera entre la depredación inmobiliaria y la defensa del territorio, pero sobre todo porque marca el inicio de las actividades de este año para continuar la defensa de la Sierra de San Miguelito.
En las próximas semanas se espera la realización de las jornadas de reforestación correspondientes a este año, más trabajo de campo, talleres y actividades de divulgación sobre la importancia de la ANP Sierra de San Miguelito que han atraído la atención de ejidos y comunidades de todo el estado para replicar ese tipo de defensa del territorio.
