Encubrimiento sexenal

Por Victoriano Martínez

Lejos de considerar que el gobernador Juan Manuel Carreras López realizó cambios en su gabinete, los movimientos en varias dependencias pueden considerarse más apropiadamente como ajustes para objetivos muy convenientes para el mandatario, fiel a su acostumbrado timing carrerista, que ahora resulta hasta excesivamente previsor.

El contralor general, Gabriel Rosillo Iglesias, se pasó a la Secretaría Técnica, mientras que a la Contraloría entró en su lugar el contador Óscar Alarcón para apoyar en el cierre de la administración estatal, con lo que prácticamente se establece la base de la comisión de entrega de la administración pública estatal para el 2021.

El artículo 18 de la Ley de Entrega Recepción de los Recursos Públicos del Estado y Municipios establece que la comisión de entrega se conformará un año antes de la conclusión del ejercicio constitucional.

No se trata de la conformación formal de esa comisión a la que se refiere la Ley, pero sí de un movimiento de personal y la incorporación de otro con miras a comenzar con trabajos cuyo inicio podría esperar hasta el próximo 26 de septiembre. Cosas del timing carrerista.

Si algo ha marcado el timing carrerista, es la conformación del Sistema Estatal Anticorrupción que, a pesar de ser la bandera del sexenio, se convirtió en una política pública que Carreras López se ha esforzado por evitar su funcionamiento de tal manera que, lejos de dar muestras de una intención de que funcione al cien por ciento, hay más señales de obstrucción hasta después del 2021.

Rosillo Iglesias, desde la Contraloría, se caracterizó por ser quien operó algunas de las acciones que obstaculizaron, desde fines de 2017, el avance en la instalación de los órganos del Sistema Estatal Anticorrupción.

Una de esas estrategias dilatorias fue descalificar las convocatorias del Comité de Participación Ciudadana por no haberse cumplido el formalismo de la publicación en el Periódico Oficial del Estado, una omisión del propio Ejecutivo que corrigió con nueve meses de retraso y con errores graves.

El hasta este viernes contralor ahora pasa a la Secretaría Técnica para encabezar los trabajos de preparación de la entrega de la administración estatal para 2021, apoyado por Oscar Alarcón quien, con sus antecedentes en la antigua Contaduría Mayor de Hacienda del Congreso del Estado, dará paso a una buena mancuerna para hacer cuadrar toda la información financiera de Carreras López.

Estos ajustes en el gabinete carrerista, más que apuntar a un mejor servicio en la administración pública hacia la ciudadanía, con una mayor transparencia para que cualquiera pueda revisar objetivamente la gestión de Carreras López, se ve enfocada a blindar cualquier situación que pudiera generarle algún conflicto al mandatario después de septiembre de 2021.

Rosillo Iglesias no se caracterizó por un combate real a los actos de corrupción y en muchos sentidos se le ha llegado a considerar como un encubridor.

Con ese perfil, ahora puesto a la cabeza de la preparación de la entrega de la administración con más de un año y medio de anticipación, difícilmente se puede dejar de lado la idea de que en los ajustes en el gabinete el trabajo de Rosillo Iglesias será el encubrimiento sexenal: eliminar todo rastro de cualquier manejo irregular.

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