Morena-gallardía-4T, intercambio de favores

Por Victoriano Martínez

Desde todo el proceso previo a las elecciones del 6 de junio de 2021 –actos anticipados, precampañas y campañas– el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) en San Luis Potosí dio muestras de no ser movimiento y de contarse como uno más de los participantes en el decadente sistema de partidos.

El entonces coordinador de los diputados federales del PRD, Ricardo Gallardo Cardona, fue el primero en poner a prueba ese pervertido pragmatismo de intercambio de favores al renunciar a su partido para ofrecer, junto con un grupo de diputados de su bancada, votos adicionales a la fracción de Morena, entonces urgida de sumar levanta dedos.

La imagen de Gallardo Cardona con Mario Delgado en una mesa de café en la ciudad fue emblemática de los acuerdos y los incipientes intercambios de favores, cuyo precio escaló a tal grado que el dirigente de Morena operó aquí en contra de su partido para cumplir su compromiso de apoyar al experredista a convertirse en gobernador verde ecologista.

Sólo ellos dos, y algunos de sus colaboradores cercanos, son quienes deben tener claro lo que se han aportado mutuamente a sus causas y el inventario y balance que les indica hasta dónde y hasta cuándo pueden ser útiles entre sí.

Una utilidad mutua que alcanza a involucrar al presidente Andrés Manuel López Obrador cuando Gallardo Cardona se cuela en los desplegados de los gobernadores de la Cuarta Transformación (4T).

¿De verdad López Obrador requiere una firma adicional, aunque se trate de un gobernador denunciado por la propia 4T por haber desviado más de 724 millones de pesos y él mismo lo haya llamado mafiosillo?

Una firma que parece más un favor a Gallardo Cardona al arroparlo como un mandatario más de filiación lopezobradorista, al grado de que se arriesga a sanciones ridículamente imposibles por estar a cargo de su sumiso Congreso del Estado. Un riesgo que seguramente cotizará muy bien en ese intercambio de favores iniciado con Mario Delgado.

Servicios que seguramente abonan a su impunidad –la Fiscalía General de la República mantiene congelada la denuncia de la Unidad de Inteligencia Financiera– entre los que se cuenta la movilización de votantes verdes que realizó el 10 de abril para incrementar la participación en la votación con motivo de la Revocación de Mandato.

Gallardo Cardona no pierde oportunidad, y aunque él no figura en primer plano –vive camuflajeado en su traje de organizador de ferias y pachangas–, sus operadores siempre se hacen presentes ahí donde Morena o la 4T se siente limitado por la enclenque y ninguneada militancia genuina que tiene en el Estado. Este domingo lo volvieron a hacer.

La capacidad de acarreo y coacción del voto que se dio en las votaciones de las atípicas convenciones distritales para elegir delegados exhibió otra vez la doblemente traicionera alianza de quienes se apropiaron de la estructura de los programas sociales del Bienestar: primero, al traicionar la razón de ser de esa estructura y, hace un año, al usarla para ayudar al triunfo del PVEM.

Si el 6 de junio del año pasado se usó para aumentar la votación a favor de Gallardo Cardona, este domingo se coordinó con la estructura del PVEM y del gobierno estatal para contribuir a que Mario Delgado pudiera presumir una gran participación.

Una participación inflada que presenta una agravante: se movilizó a los votantes con papelito en mano con los nombres a favorecer para que la mayoría de los 70 delegados sean afines al grupo de la gallardía con lo que Morena se sumaría a las dos franquicias partidistas que ya tiene bajo su control, el PVEM y el PT.

Se estima que en el Estado la votación pudo llegar a los 30 mil participantes, una cifra inverosímil si se considera que en septiembre de 2020 el INE reportó un padrón de afiliados a Morena de apenas 3 mil 960. Una cifra de participación producto de una ola verde que el daltonismo pragmático de Mario Delgado lo hace presumirla como color vino moreno.

Una cifra importante al desglosar los resultados de la votación será que se dé a conocer el número de votantes que ayer mismo se afiliaron para poder votar. Un dato que mostrará en que proporción las atípicas convenciones se convirtieron en la más efectiva campaña de afiliación.

Un dato que, si se combina con el antecedente partidista de los nuevos afiliados, dará cuenta de la forma en que Morena-PVEM-PT son ya los tres membretes de la gallardía que pueden movilizar afiliados entre sí, según les convenga.

Nada nuevo en un sistema de partidos putrefacto que todos exhibieron en la definición de candidatos para la pasada elección constitucional. No hay política, hay politiquería de vividores que usan a la población como instrumento para acceder al poder botín. La democracia y el servicio público sólo son burdas simulaciones con las que buscan no verse tan mal.

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