Ni sesiones virtuales

Por Victoriano Martínez

Para la sesión del Congreso del Estado del pasado lunes 6 de abril, la aplicación de Whatsapp tuvo, por mayoría de votos de los legisladores, carácter de vía de notificación de la iniciativa para sesionar de manera virtual presentada por el diputado Martín Juárez Córdova y que se turnó a comisiones para ser dictaminada a la brevedad.

Una sesión que se desarrolló con el reclamo de algunos legisladores que se ofendieron por haberlos sacado de su hogareño escudo anti Covid-19, a pesar de que en el acuerdo de emergencia sanitaria federal se considera dentro de las actividades esenciales la legislativa. No les importó.

Han pasado nueve días sin señales de alguna reunión, presencial o virtual, de las comisiones a las que se turnó la propuesta.

Lejos de que se haya realizado alguna reunión –que sería buen indicador de la viabilidad de la propuesta de realizar sesiones virtuales–, los diputados dan constancia de tal irresponsabilidad, que más vale que desechen la propuesta por carecer de materia… dispuesta (o sea, de voluntad de trabajo).

Ninguna buena señal por parte de las comisiones que dictaminarían la iniciativa sobre las reuniones virtuales, y sí en cambio de otra comisión cuya presidenta creyó posible que pudieran avanzar en el desahogo y elaboración de dictámenes que tienen pendientes… con resultados patéticos.

La diputada Marité Hernández Correa reveló este martes que desde el pasado jueves convocó a sus compañeros de la Comisión de Desarrollo Económico y Social, y cinco días después ninguno de los diputados aludidos le dio respuesta a su mensaje de Whatsapp.

Si Whatsapp sirvió como vía de notificación para incorporar una iniciativa fuera de toda norma del proceso legislativo, es claro que no es la vía idónea para organizar el trabajo legislativo –a menos que sea porque sus compañeros de comisión le tengan mala voluntad a Hernández Correa.

Les propuso reunirse de manera presencial con las debidas precauciones o hacerlo de manera virtual. “Espero que mis compañeros lean el mensaje y, a partir de ahí, tomar la dinámica de trabajo que nos permita analizar los dictámenes”, comentó cinco días después de su envío.

Más allá de la falta de respeto a quien preside la comisión, la no respuesta muestra que –en contradicción con el acuerdo de emergencia sanitaria federal– los diputados consideran su función como una actividad no esencial… salvo por sus sueldos y demás beneficios para los que siempre dirán “presente”.

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