Sierra de San Miguelito: autoridades locales sin compromiso

Por Victoriano Martínez

El de la necesaria declaratoria de Área Natural Protegida para la Sierra de San Miguelito ha sido, desde hace más de una década, el tema más importante relacionado con la viabilidad de la ciudad y, a partir del 24 de mayo de 2019, con el pronunciamiento “San Miguelito sí, fraccionamientos no” apoyado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, casi papa caliente para los politiqueros.

Si cuando fueron candidatos rara vez se refirieron a ese tema, y sólo en el tono y en el momento que les podía generar simpatía, Ricardo Gallardo Cardona y Enrique Galindo Ceballos ya como gobernador y alcalde lo omitieron hasta que este lunes, a pregunta expresa, no lo pudieron evadir.

Es decir, no hay pronunciamiento del gobernador sobre el tema de mayor importancia para los cuatro municipios que abarca la Sierra de San Miguelito, ni del alcalde sobre el Sistema Ambiental Regional que tantos servicios ecológicos le presta al municipio y la ciudad que gobierna.

Se trata de una clara manifestación del interés que le pueden regatear a asuntos trascendentes para la población si en ellos ven un riesgo para sus intereses particulares, sean simplemente de popularidad y aprobación, o de otra naturaleza y compromisos que poco tengan que ver con el servicio público.

Actuar de manera reactiva ante la prensa los hace exhibir, en primer término, lo ajeno que les resulta el tema para enseguida reaccionar con expresiones carentes de compromiso y en las que es notoria la poca información que han consultado al respecto y su intento de evasión de la responsabilidad que tienen como representantes de la ciudadanía.

“Vamos a respetar los lineamientos de la Federación, hemos sido muy claros y están en todo su derecho de proteger lo que tenga que proteger”, comenzó a decir Gallardo Cardona. “Hemos sido muy claros”, ¿cuándo? “Están en todo su derecho”, ¿quiénes? ¿La Federación? ¿Desde cuándo tiene potestad para reconocerle derechos a la Federación?

Se trata de una respuesta que evade el pronunciamiento que le corresponde como gobernador del Estado que debe hacer valer el derecho al medio ambiente de sus representados, incluido en el artículo 4º constitucional en 1999: “Toda persona tiene derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar”.

Cuando señala que “las que sean protegidas, pues ya que lo plasmen en el oficio, que se suba el decreto y que nosotros vamos a acatar lo que venga de la Federación” declina la representación que tiene e incumple –al colocarse ajeno a la protección de una zona ecológica– su protesta para “desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo… para bien de la nación y de este estado”.

Prácticamente se coloca en el mismo papel que le corresponde a los empresarios inmobiliarios que pretenden urbanizar una parte de la Sierra de San Miguelito, con quienes se ha exhibido públicamente desde que resultó electo como gobernador: como si él fuera alguien que no es autoridad y debe acatar las disposiciones generales de las autoridades.

En el colmo de su falta de compromiso con la Sierra, aseguró que “hoy ya hay un decreto y lo vamos a respetar”. Ni ha sido publicado aún el decreto y, cuando lo haya, no es potestativo que se respete, es de obligatorio cumplimiento y él es una de las autoridades que lo tiene que hacer valer.

Galindo Ceballos optó por recurrir a lo obvio: “La Sierra se protegerá. Gobierno Municipal antes de otorgar permisos de usos de suelo y licencias, salvaguardará a la Sierra de San Miguelito”, dijo.

Enseguida, recurrió a lo inverosímil. Aseguró que desconoce los dos más grandes proyectos inmobiliarios de la ciudad que gobierna: Las Cañadas y Plan San Luis.

Si finge desconocerlos, grave. No tendría por qué hacerlo, a menos que tenga algún interés oculto para ello. Sobre todo si se ha exhibido en imágenes con algunos de los empresarios socios, cuando menos, del caso del proyecto Las Cañadas.

Si efectivamente los desconoce, más grave aún. Ambos proyectos, Las Cañadas y Plan San Luis, forman parte de los programas municipales de desarrollo urbano que –como alcalde– debió revisar para detectar temas que pudieran tener repercusiones para la población, y ambos las tienen. Sobre eso ha corrido mucha tinta…

El anterior Cabildo vivió un fuerte debate sobre el tema y adoptó una postura que compromete –por el proyecto Las Cañadas– 475 hectáreas de la Sierra. Como sucesor, Galindo Ceballos no sólo no puede no estar enterado, sino debió analizarlo para darle continuidad o corregirlo, a riesgo de aparecer como negligente.

Ni Gallardo Cardona ni Galindo Ceballos se pronunciaron sobre la Sierra de San Miguelito sino que se limitaron a exhibir lo incómodo y difícil que les resulta hacerlo cuando se trata de fijar postura en asuntos en los que entra en tensión el interés general y el del poder económico, con la Federación como rectora.

La postura que en realidad muestran es la de aparentar ser servidores públicos cuando en realidad se esfuerzan por tratar de quedar bien con el gobierno federal pero, principalmente, con los grupos grandes empresariales… para el caso, esos que se ha dado en llamar barones del cemento.

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