Por Victoriano Martínez
Podría ser considerado un incidente menor, pero en el contexto en el que se dio, la agresión a nuestro compañero Abelardo Medellín por parte de un elemento de “seguridad privada” en las oficinas de la Comisión Estatal del Agua (CEA), no debe pasar inadvertida.
Con fecha 22 de noviembre, o sea el lunes, la Secretaría General de Gobierno publicó en el Periódico Oficial del Estado (POE) la convocatoria para integrar a dos periodistas en el Mecanismo Estatal de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. En el segundo párrafo de la Base Segunda especifica:
“Podrá participar cualquier persona cuyo trabajo consista en recabar, generar, procesar, editar, comentar, opinar, difundir, publicar o proveer información, a través de cualquier medio de difusión y comunicación que puede ser impreso, radioeléctrico, digital o imagen”.
Un mecanismo que se integrará por primera vez conforme a la Ley para la Protección al Ejercicio de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas del Estado, aprobada por la anterior Legislatura el 19 de agosto y publicada en el POE el 4 de octubre.
La actitud del elemento de “seguridad privada” en las instalaciones de una dependencia pública es uno de los muchos obstáculos que de manera cotidiana enfrentan los reporteros en el ejercicio de recabar información, pero que también adopta otras formas en las ocho acciones mencionadas en el segundo párrafo de la Base Segunda de la Convocatoria.
Lo ocurrido en la CEA representa una acción más que se suma a las violaciones a los derechos de los trabajadores del gobierno estatal por las que desde el pasado 5 de octubre –fecha en la que coincidentemente entró en vigor la ley aquí mencionada– el Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado (SUTSGE) mantiene un plantón frente al Palacio de Gobierno.
Documentar en video cómo un servidor público evade atender un reclamo es parte del ejercicio periodístico para proveer de información a la sociedad sobre hechos específicos que están detrás, en este caso, de manifestaciones que reclaman derechos afectados y llevan ya 50 días sin ser atendidos.
“Baja tu d’este, bájalo por favor, bájalo por favor, bájalo por favor”, decía el hombre con su chamarra con el rótulo “seguridad privada” mientras que cada vez que pronunciaba “favor” levantaba más la voz y adoptaba ademanes y gestos amenazantes.
“Soy prensa, soy prensa”, trató de calmarlo nuestro reportero.
“Baja por favor tu teléfono o te lo tiro”. La actitud de amenaza ya tenía presagios de potencial agresión. Abelardo optó por evitar un incidente mayor y paró la grabación. Lamentablemente el agresor evitó que se documentara la evasión del director de la CEA, Luis Fernando Gámez Macías, pero aun así la escena del agresivo vigilante da cuenta del hecho de manera agravada.
“Hoy este gobierno ha demostrado que no va a tolerar nada, por poquito que sea, respecto a la conducta de sus funcionarios; si no es pa’ tanto, es pa’ mucho, pues estamos en una actividad en la que todas y todos debemos ser muy responsables por el simple hecho de ser funcionarios públicos”, dijo el gobernador Ricardo Gallardo Cardona a propósito de la destitución de Rafael Aguilar Fuentes.
Si la evasión de Gámez Macías de atender el reclamo de sus subordinados puede ser que no sea “pa´tanto”, calificaría como “por mínimo detalle” y resultaría que “es pa´mucho”, y hasta daría “pa´mucho” más si contó con un elemento de seguridad privada para que impidiera que se documentara su falta.
No ser muy responsables como funcionarios es una falla que al propio Gallardo Cardona se le señaló en los primeros días de su administración cuando emprendió una campaña de descalificación y agresiones verbales contra la burocracia y sus dirigentes sindicales, al grado de incurrir en tonos amenazantes.
“Bueno, creo que hasta el Chiquilín ya entendió. Su comportamiento cuando sale a los medios ya no es groserías, maldiciones, él entendió que se debe comportar como funcionario”, contrastó hace un mes Bernardina Lara Argüelles, dirigente del SUTSGE, con la actitud de Gallardo Cardona.
Hoy el funcionario con quien Lara Argüelles ejemplificó el cambio de actitud necesaria en quien asume un cargo ya no es funcionario y fue tomado por Gallardo Cardona como el caso aleccionador sobre no “tolerar nada, por poquito que sea, respecto a la conducta de sus funcionarios”.
Habrá que esperar la medida correctiva que se aplique en tanto que lo ocurrido en la CEA es mucho más que “un mínimo detalle” relacionado con la conducta de los funcionarios… a menos que lo de Aguilar Fuentes, hoy otra vez El Chiquilín, sólo haya sido un montaje propagandístico.
