Una sesión “productiva”

Por Victoriano Martínez

La LXII Legislatura terminó el Primer Periodo Ordinario de Sesiones de su segundo año con un rezago legislativo del 65.06 por ciento y, por increíble que parezca, comenzó el Segundo Periodo, que abrió el pasado sábado, con una reducción del cinco por ciento en el número de iniciativas pendientes de resolver.

Al 14 de diciembre, cuando tuvieron la última sesión ordinaria de ese periodo, cerraron con 956 iniciativas, de las cuales habían resuelto 334, es decir, el 34.94 por ciento.

Entre el 14 de diciembre y el 29 de enero, los diputados presentaron, a través de la Diputación Permanente, 18 nuevas iniciativas, con lo que llegaron a 974, por lo que al Periodo Extraordinario de Sesiones el rezago lo habían aumentado del 65.06 al 65.7 por ciento.

El pasado jueves, en la sesión extraordinaria, los diputados aprobaron 31 dictámenes, de los cuales 28 desahogaron 50 iniciativas: a 18 las consideraron procedentes, a 8 improcedentes, a dos sin materia y en 22, con un solo dictamen, declinaron la competencia.

Al salir de su séptima sesión extraordinaria, los diputados ya habían dejado su contabilidad en materia de iniciativas en las mismas 974 presentadas (en un periodo extraordinario no entran iniciativas), pero con 384 resueltas, es decir, un rezago de iniciativas pendientes de resolución del 60.06 por ciento.

Con un solo dictamen logró abatir el rezago en un 2.26 por ciento. El 44 por ciento de las iniciativas resueltas el pasado jueves quedaron desahogadas por una sencilla razón: el Congreso local no tiene facultades para legislar en la materia propuesta, que es procesal civil y familiar, sobre las que versaban las 22 iniciativas.

La primera de esas 22 iniciativas se presentó el 28 de febrero de 2019 y la última el 7 de noviembre. Durante 252, ni los diputados de la Comisión de Justicia, a la que se turnaron las iniciativas, ni los promoventes se percataron que invadían atribuciones que no les corresponden.

Así, durante ese periodo, los diputados que presentaron iniciativas sobre esas materias que no les correspondían fueron Cándido Ochoa Rojas con 5 iniciativas; Marite Hernández Correa, con 3; Oscar Carlos Vera Fabregat, con 3; José Antonio Zapata Meráz, con 2, y con una cada uno los diputados Paola Alejandra Arreola Nieto, Edgardo Hernández Contreras y Ricardo Villarreal Loo. Siete de las iniciativas declinadas fueron presentadas por ciudadanos.

La Comisión de Justicia emitió el dictamen el 10 de diciembre de 2019, poco más de diez meses después de la primera iniciativa y un mes después de la última. La posibilidad de legislar en esas materias se le quitó a los congresos locales con una reforma a la Constitución federal publicada en el Diario Oficial de la Federación el 17 de septiembre de 2017. Tardaron 10 meses en notarlo.

Si algo caracteriza a los diputados es su afán por mostrarse muy productivos con la presentación de muchas iniciativas que, al final, termina siendo una diarrea legislativa (como la llaman los propios asesores) con propuestas incluso sin sentido (han tenido que retirar dos) y ahora también… sin facultades.

Ya sólo falta que presuman haber abatido el rezago en un 5 por ciento en el primer mes del 2020, cuando seguramente a partir de la primera sesión ordinaria de esta semana comenzarán a acrecentarlo con su iniciativitis, que muestras han dado de que la padecen mucho más que todos sus antecesores.

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