Y la marcha por el INE… se volvió “proyectito”

Por Victoriano Martínez

Sin duda la movilización que logró la convocatoria para marchar a favor del Instituto Nacional Electoral (INE) contó con una participación importante, pero en el caso potosino –al dejar a cargo de Rodolfo Aguilar Gallegos el discurso principal– degeneró en una prolongación de su “proyectito”, ligado a los intereses del PAN y del PRI.

Cuando en diciembre de 2004, Eduardo Delgado Torres entrevistó Aguilar Gallegos, entonces primer presidente de la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información (CEGAI), para periódico Pulso, en un gesto de inusual sinceridad (¿o cinismo?) le reveló sus negociaciones con el PAN y el PRI y sus diputados para convertirse en presidente del organismo electoral.

El propio Aguilar Gallegos bautizó aquellos acuerdos que abiertamente atentaron contra el carácter ciudadano del Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (CEEPAC) como “proyectito”, que fue el término con el que bautizó la actitud servil que tendría hacia los partidos políticos, que se tradujeron en una degradación del organismo electoral y pifias que los exhibieron en todo el país.

Aguilar Gallegos llevaba cinco meses como presidente de la recién creada CEGAI y sin ningún pudor negoció su salto al CEEPAC, que lo exhibió como un trepador sin escrúpulos.

“Es un consejero ciudadano que para asegurar su puesto, y la reelección que ambiciona, complace con docilidad a las dirigencias partidistas, degradando y envileciendo su función”, señaló en 2007 Eduardo Martínez Benavente en su columna Contrapesos.

La docilidad de su “proyectito” con PRI y PAN fue tan efectiva, que prolongó su permanencia como presidente del organismo de 2005 a 2011, lo que le permitió encabezar la elección de gobernador de 2009, en la que se registró uno de los mayores atentados contra la credibilidad del CEEPAC, al protagonizar una manipulación del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP).

“Eran el hazme reír de todos, pues cuando el cómputo de casillas apenas llegaba al 63.83%, se reflejaba ya una votación de 1,756,306 sufragios, considerando que el padrón completo en todo el estado registraba a un total de 1,736,207 electores”, recordó Martínez Benavente en su columna Contrapesos en Octubre de 2010, cuando Aguilar Gallegos intentó ser consejero del IFE.

Aquella pifia, de la que Aguilar Gallegos responsabilizó a la UASLP, provocó que –aunque se había comprometido a no manejar resultados de la elección hasta el cómputo final– el gobernador Marcelo de los Santos Fraga y el candidato Fernando Toranzo Fernández le ordenaran –y él obedeciera– convocar a rueda de prensa para decir que el candidato priísta había ganado.

Aguilar Gallegos no sólo fue dócil a los partidos políticos, sino que también se llegaron a conocer situaciones irregulares en el manejo de los recursos públicos y algunas maniobras para ocultarlos.

Todos esos antecedentes de Aguilar Gallegos, y muchos más, no eran desconocidos para muchos de los asistentes a la Plaza de los Fundadores para manifestarse a favor del INE, cuya existencia no está en riesgo en la iniciativa presidencial de reforma electoral, pero fue la advertencia en consignas y discursos. A lo mucho, cambiaría de nombre, pero es más fácil hablar de su desaparición que argumentar sobre los cambios propuestos.

Aguilar Gallegos comenzó su intervención con un agradecimiento a los organizadores de la marcha, Potosinos con Valor y Consejo Empresarial Potosino, “de los que formo parte”, dijo.

Apenas comenzaba su largo relato de las grandes conquistas democráticas en dos siglos en el Estado, algunas personas –panistas incluidos– optaron por retirarse. “Todo iba bien, pero con ese orador ya me perdieron”, dijo un panista que conoció de cerca las negociaciones del “proyectito” y el desempeño de Aguilar Gallegos como presidente y como consejero del CEEPAC.

De entre quienes han presidido al CEEPAC, Aguilar Gallegos es el personaje que mayor daño le ha provocado a su credibilidad incluso desde antes de asumir la presidencia en enero de 2005, con su denigrante “proyectito”.

A los organismos electorales, como a cualquier institución, se les defiende en tanto se anteponga su razón de ser ante los intereses de cualquier otro actor político, en este caso los partidos o autoridades en turno. Aguilar Gallegos hizo lo contrario y su doble discurso está más que acreditado por su trayectoria.

Quizá por eso para cuando Aguilar Gallegos terminó su discurso la asistencia había mermado considerablemente, se hizo más notoria la presencia de militantes panistas, y a lo poco o mucho que se haya ganado en participación en comparación con marchas anteriores, como en su momento a la confiabilidad del CEEPAC, se lo llevó el “proyectito”.

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