Contradicciones municipales

Carlos Rubio

Bien podría el alcalde Enrique Galindo tomar en cuenta sus propias órdenes y renunciar a la presidencia municipal de la capital (no pedir licencia), para dejar de contaminar la administración pública con la politiquería de las elecciones en las que ya está envuelto.

El pasado lunes declaró a los medios de comunicación que les pidió a los funcionarios de su gobierno que pretenden participar en las elecciones, renunciar, en vez de pedir licencia al cargo, “para tener claridad en la separación de sus tareas, con su iniciativa electoral, con sus aspiraciones electorales”.

Como alcalde no está dando el ejemplo, hasta un amparo promovió con tal de no tener que separarse del cargo durante el proceso electoral y provocó que el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana tuviera que modificar los lineamientos que lo obligaban a pedir licencia antes de registrarse como candidato.

Por alguna razón Galindo considera que la solicitud de licencia no es suficiente para dar certeza de que no se están utilizando recursos públicos en las elecciones, por algo pidió que los funcionarios mejor optaran por renunciar.

De contar con un gramo de congruencia, una vez que se vaya a campaña Enrique Galindo debe presentar su renuncia como alcalde de San Luis Potosí. Solo así se podrá asegurar que no mezcla intereses partidistas con los del Gobierno Municipal, como él mismo lo mencionó, y que no desvía dinero del erario para su campaña y las de la coalición Fuerza y Corazón por San Luis (que mucha falta les hace).

Ya durante varias semanas estuvo inmerso en actividades partidistas y politiqueras, entre que estiraba y aflojaba por la candidatura, en reuniones con las dirigentes del PRI y del PAN, y con los demás exaspirantes, en las que, por mucho que quisiera asistir en carácter de ciudadano, es innegable que lleva la presencia del alcalde del ayuntamiento más grande del estado, ¿o después de las seis de la tarde deja de ser presidente municipal?, ¿cuál es su horario laboral?

Como todos, Enrique Galindo tiene su derecho a participar en las elecciones y a ser elegible para cuantos cargos la ley se lo permita, pero que lo haga fuera de la administración y no busque sacar más provecho de su puesto y la exposición mediática que este le brinda.

Aunque hayan frenado la publicidad pagada en redes sociales para el Ayuntamiento y para el alcalde, aun así sigue la publicidad en medios de comunicación, en portadas, en boletines, donde se publica la fotografía de Galindo cortando el listón de la calle inaugurada, entregando la despensa, barriendo la calle, plantando un árbol, todo ese montón de promoción personalizada que en todos lados las administraciones disfrazan de propaganda gubernamental.

Aun y con todo el provecho propio que buscó sacar como alcalde, el panorama para Enrique Galindo luce desolador. Como candidato no es malo, no atrae masas, pero tiene experiencia en el discurso. Sin embargo, la coalición que encabeza está terriblemente perdida y su candidata presidencial no engancha con nadie que no sea un panista de nacimiento o tenga ya compromisos con la derecha.

Si logran algo a nivel federal difícilmente va a ser por su propaganda partidista y se lo van a deber más a los periodistas y medios de comunicación que están de su lado y han hecho el trabajo de investigar al presidente y sobre todo a la corrupción que envuelve a sus hijos y familiares.

Pero las estrategias de la oposición siguen cayendo en el juego de Morena y el presidente: si uno hace conferencias de prensa, la candidata las replica; si otro hace encuestas, los partidos las replican. No tienen ideas. Ya casi pasaron seis años en los que su único objetivo ha sido atacar a López Obrador y se olvidaron de planear su contraataque en este 2024. Es por eso que hoy, a menos de tres meses de la elección, no tienen proyecto, no tienen candidata y a lo único que les queda apostarle es a ganar escaños en el Congreso de la Unión para trabar los planes del próximo gobierno, que indudablemente será de Morena.

Qué más quisiera uno como ciudadano que la derecha presentara a una opción viable y fuerte para la elección, pero son ellos mismos quienes se ponen el pie en cada paso.

Así ni cómo hacerle.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Actualmente es jefe de información de Astrolabio Diario Digital, con interés y experiencia en Transparencia y el Derecho de Acceso a la Información Pública. Formó parte de la tercera generación del MásterLab en edición de investigaciones organizado por Quinto Elemento Lab.

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