Frater Ignatius
Existe un proverbio chino que habla sobre la importancia de las mariposas y los acontecimientos que pueden afectar al hombre. La intuición es una de nuestras principales herramientas para poder sobrevivir en un mundo peligroso. En los orígenes, nuestros antepasados intentaban entender el caos o al menos mitigarlo con ofrendas y rezos. Al pasar de los años, descubrimos que lo aparentemente azaroso o caótico, obedece a ciertas ecuaciones matemáticas. Nos enfrentamos a flujos de corrientes de distintos elementos, a fluidos, gases, movimiento de ondas, fenómenos meteorológicos, actividades neurológicas y cardiacas; hasta el humo de los cigarrillos o las luces incandescentes aparentemente caóticas pero muchas se subordinan a ciertas reglas matemáticas derivadas de ecuaciones que pueden derivarse y estudiarse. La convección térmica en fluidos, el efecto flutter en aviones supersónicos, las reacciones químicas oscilantes, crecimiento de la población, diferentes movimientos de péndulos y rotores, circuitos eléctricos no lineales y varios tipos de elasticidad en elementos duros.
La teoría del caos emerge a principio de 1900 cuando grandes matemáticos como Hadamard y Poincaré estudiaban las complicadas trayectorias de cuerpos en movimiento. En la década de los años sesenta, Edward Lorenz, investigador del MIT, usó un sistema de ecuaciones para modelar la convección en la atmósfera terrestre. No obstante lo sencillo de sus fórmulas, casi inmediatamente descubrió uno de los pilares del caos: diminutos cambios en ciertas condiciones iniciales, pueden conducir a distintos tipos de resultados totalmente distintos e imprevisibles. En el lejano año de 1963 Lorenz mencionó a la mariposa china, por así decirlo, aduciendo que cuando una mariposa bate las alas en una parte del mundo, puede afectar posteriormente al tiempo atmosférico a miles de kilómetros. Es el famoso efecto mariposa en la teoría del caos.
Ciertos mercados regidos por la mano invisible son sistemas dinámicos que no siguen un modelo lineal, siempre evolucionan. Un simple cambio en la moda puede generar ganancias o pérdidas a multitud de empresas. Lo cierto es que lo caótico no puede ir más allá de sus límites. Existen ciertas predisposiciones a ciertos fenómenos que influyen a que sucedan de una cierta manera, llamados atractores. El comportamiento caótico muchas veces parece aleatorio e impredecible. Si vamos más a fondo, en ciertas ocasiones sigue reglas matemáticas obtenidas de ecuaciones que pueden ser susceptibles a modelarse, por ejemplo, en gráficos informáticos. Con ello, es posible centrar un tema hacia un atractor. La matemática como herramienta para tener un cierto control de las cosas.
