Encrucijada panista

Carlos Rubio 

El Partido Acción Nacional y Enrique Galindo Ceballos se encuentran en una encrucijada. El blanquiazul requiere de una figura conocida que ayude a mantener la capital en manos de la oposición; mientras que el alcalde necesita de un partido con un voto solido que lo apoye en su reelección. Ambos saben que seguir juntos es un error, pero también saben que no pueden hacerlo solos. Es la mejor representación de una relación tóxica entre parejas. 

Al PAN le sobran nombres que quieran la candidatura por la capital, pero ¿cuántas de esas figuras representan algo realmente para San Luis Potosí? 

En las últimas semanas la ciudad fue inundada de espectaculares con el rostro y el nombre de David Azuara Zúñiga, un total desconocido si no es porque tiene el presupuesto para colarse en los rincones más recónditos de la capital. Su curriculum dice que es licenciado en Derecho, titulado en 2015. De 2018 a 2021 fue coordinador de regidores en el Ayuntamiento de la capital. Después de eso aparece como líder de la fundación “Somos Potosí”, una asociación con más tintes políticos que altruistas. Y eso es todo… 

El candidato que se perfila para ser el candidato del PAN a la alcaldía más grande del estado tiene como logro más destacado ser el hermano de Xavier Azuara Zúñiga, dueño y principal destructor del PAN. De este tamaño es la burla de este partido con los potosinos. 

Sobre candidatos grises no aprendieron nada con Octavio Pedroza. Con este tipo de nombres hasta Gilberto Hernández Villafuerte puede llegar a ser alcalde de la capital, con todo y sus apenas dos iniciativas presentadas como diputado federal, tiene más experiencia que todos los candidateables del PAN. 

Del otro lado está Rubén Guajardo, que pensábamos que se iba a convertir en el nuevo Óscar Vera o Eugenio Govea, pero por fin se decidió a cambiar su dirección de trabajo. Su supervivencia en el Congreso del Estado da más miedo que confianza; deja ver que sabe converger con cualquier fuerza política, como cualquier priista o panista a lo largo de la historia. Hacia el exterior no se le recuerda como un personaje incómodo para el PRI en los tiempos de Juan Manuel Carreras López, mucho menos ahora para el Verde con Ricardo Gallardo Cardona. Gran experto del cabildeo, pero hasta ahí. 

Seguramente el haber sido tres veces diputado local le dio para hacer un montón de influencias y seguir vigente en la agenda, pero hacia afuera, con la sociedad, los legisladores no son bien vistos y menos los que se perpetúan en el cargo. Si el PAN lo va a postular necesita un gran trabajo de campo. 

Ya en el 2021 el PAN cometió el error de darle la alcaldía al PRI. Pensaron que habían ganado en la negociación y que se iban a quedar con el Gobierno del Estado. Y quizá lo habrían hecho con otro candidato, pero estaban perdidos desde el principio.

En el 2024 Acción Nacional puede cometer el mismo error y, además, reforzar las aspiraciones de Enrique Galindo por convertirse en gobernador en 2027. Pero tampoco tiene muchas opciones. Aunque la gestión del alcalde ha sido deficiente y cada mes se hunde más y más, es innegable que es la figura con mayor proyección de la oposición. No por un buen trabajo, sino porque tiene los recursos para hacerlo. Discretamente destina cada mes millones de pesos en publicidad a medios de comunicación. Despliega espectaculares y grandes campañas en redes sociales. 

No es una figura que se tenga que construir de cero. Habría que reconstruir el fuerte desgaste que le ha provocado el fracaso en la capital, pero de asuntos peores se han recuperado en lo mediático otros políticos. 

Así que el PAN tendrá que decidir entre postular a David y perder; jugársela a que Rubén despierte el voto duro panista o darle otra vez la capital al PRI. Afortunadamente no son muchas opciones. Desafortunadamente ninguna les asegura la victoria. 

El retraso al proceso electoral en San Luis Potosí le dio un tiempo de gracia a Enrique Galindo para mantenerse como alcalde. De lo contrario ya estaríamos en precampañas y hubiera tenido que solicitar licencia. Pero casi llega la hora. La única opción viable es que consiga la reelección que no le saldrá nada barata. No sólo por la campaña, sino por la cuota del PAN. 

Un cargo en la Cámara de Diputados o en el Senado borraría a Galindo de la agenda de San Luis Potosí y disminuiría enormemente sus aspiraciones de ser gobernador. 

Si la capital cae en manos del Verde, Enrique Galindo se convertiría en el personaje más vulnerable de todo el estado. Un chivo expiatorio más que usar para casos de emergencia. Explorarían su administración de arriba abajo en busca de algo que lo lleve al mismo destino que Mónica Rangel. 

Y para el 2027 la oposición estaría desaparecida. Incluso más que hoy.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Actualmente es jefe de información de Astrolabio Diario Digital, con interés y experiencia en Transparencia y el Derecho de Acceso a la Información Pública. Formó parte de la tercera generación del MásterLab en edición de investigaciones organizado por Quinto Elemento Lab.

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