LXII Legislatura… ¿de encubridores?

Por Victoriano Martínez

Cuando parecía que la LXII Legislatura al menos se distinguiría de la anterior por no protagonizar escándalos por favorecerse con apoyos, moches y algunas otras truculencias con los recursos públicos, la tardía presentación de los informes financieros correspondientes al mes de diciembre detonó que los propios diputados exhibieran una probadita del cochinero que esconde su gestión.

Los actuales diputados, si acaso, no han igualado el cinismo de sus predecesores que llegaron al extremo de la descripción pública de su forma de operar moches, como involuntariamente lo hizo en video Enrique Flores, ni en contar con un fondo para simular apoyos sociales, que fue una de las principales características de la anterior Legislatura.

En cuando a las funciones legislativas, de control y de fiscalización poco se han diferenciado de quienes los precedieron.

En lo Legislativo, mantienen la tendencia a realizar con tal deficiencia las modificaciones al marco legal, que cayeron en el extremo de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación declarara la invalidez de la Ley Electoral que actualizaría las reglas para las elecciones que hoy están en curso y que, por su negligencia, se rige por la Ley anterior.

En cuanto a sus funciones de control, en la ratificación de nombramientos propuestos por el Ejecutivo, el gobernador Juan Manuel Carreras López ha hecho con ellos lo que la ha pegado en gana, al grado de que a pesar de haberle rechazado el nombramiento de su representante ante el Consejo de la Judicatura, se los volvió a enviar para que sumisamente lo ratificaran.

No se diga en la ratificación selectiva de los magistrados del Poder Judicial del Estado que llevaron al diputado Oscar Vera Fabregat a resumir aquella sesión con la expresión “¡Qué papelón!

En cuanto a la Fiscalización, su postura quedó definida desde la reunión en la que la auditora Superior del Estado les entregó de los primeros informes de auditoría en palabras del diputado Rolando Hervert, quien dijo que no contaban con suficiente tiempo para analizar la información y se declaró incompetente para realizar el trabajo.

El chambón dictamen que aprobaron en aquel año, además de ratificar la postura de Hervert, se volvió la ruta para los siguientes, con la simulación de elaborar dictámenes individuales con la muy recurrida técnica dentro del Congreso del Estado de copiar-pegar. ¡Bendita tecnología!

Este jueves, los diputados volvieron a protagonizar uno más de los incontables agarrones del tipo cuando los diputados se pelean, salen a relucir las corruptelas.

Referencias sueltas del pleito en la sesión de este jueves:

Vera Fabregat acusa al diputado Martín Juárez Córdova de truculento, tramposo “para llevarse todo el pastel”. Y como lo llama Martincillo, terminó por calificarlo de truculentillo. Pide que les entreguen las cifras reales sobre la aplicación del presupuesto del Congreso del Estado.

La diputada María Isabel González Tovar reclama porque la humillaron en la sesión de la Junta de Coordinación Política.

La diputada Beatriz Benavente Rodríguez señala como una muestra del desorden financiero que no tiene registro de tantos movimientos en el área administrativa del Congreso del Estado, que en esta Legislatura ya lleva dos oficiales mayores y va por su tercer titular de la Coordinación de Finanzas.

El diputado Edgardo Hernández Contreras señala a su compañero Rubén Guajardo Barrera y afirma que tiene datos sobre con quién se ha sentado para pedir moches, lo acusa de ostentarse como abogado sin tener cédula profesional y también señala a Juárez Córdova como trapeador y títere del gobernador.

La diputada Marite Hernández Correa se queja de que los asesores no los toman en cuenta al grado de ignorar sus convocatorias a sesiones de comisión, además de acusarlos de pedir dinero como apoyo, y afirma que se vive un clima de intereses creados. Se pronuncia a favor de que se presenten las denuncias que los integrantes de la Legislatura conozcan.

Pequeñas puntas de un iceberg que al menos 19 de los 26 participantes en la sesión (había seis diputados suplentes a quienes el pleito les cayó casi como novatada) conocen con detalle en sus oscuras profundidades.

Si a partir de junio 2017 agrupaciones ciudadanas pudieron documentar ilícitos cometidos por los ex diputados y se comenzaron a acumular denuncias ante la Fiscalía General del Estado, con lo revelado en pleitos anteriores y los señalamientos en la sesión de ayer los diputados quedan muy comprometidos a que desde el propio Congreso se repita la lluvia de denuncias.

De no hacerlo, no sólo superarían a la anterior Legislatura como la peor y más corrupta de la historia, sino que además de mostrarse así con sus intervenciones, serían la más cínica por el encubrimiento en el que incurrirían.

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